El círculo vicioso de la turismofobia

 
Carlos Velázquez
hrs.

Dado que la idiosincracia mexicana privilegia lo urgente e ignora lo importante, la falta de sostenibilidad en el turismo es una bomba de tiempo que podría estallar antes, incluso, de lo que anticipan las visiones más pesimistas.

Una de las ponencias más interesante del Foro de Sustentabilidad en la Promoción Turística, que organizó Fernando Martí, fue la de Francisco Madrid, director de la Facultad de Turismo de la Universidad Anáhuac.



En ella comenzó citando a Felipe González Abad, académico español del turismo y ejecutivo de Amadeus, quien siempre propone dejar de hacer trampa, sobre todo jugando al solitario…

Y además contó la historia del costeño que le pregunta a su esposa si hay suero antialacránico en casa.
–¿Te picó uno?, le pregunta ella.
–No, pero allí viene derechito, le responde.
Una buena metáfora del riesgo que implica seguirnos acabando el planeta, debido al turismo.

Hoy vemos a la turismofobia como la reacción más patente de esta problemática, pero mucho más grave fue el “círculo perverso” que describió Madrid:
Pobreza, marginación y rezago social que lleva a la falta de oportunidades y donde aparecen las opciones turísticas, que derivan en un crecimiento desbordado.
La historia sigue pues luego no se hace un buen trabajo de planificación y aparecen los inversionistas voraces tratando de obtener la mayor rentabilidad, lo que deriva en presiones urbanas y sociales.

Esto afecta el orden local, golpea las finanzas públicas y, claro, la salida fácil es la corrupción y la impunidad, lo que termina degradando a los destinos.

Dice Madrid que piensa seguir trabajando en el diseño de este “círculo”, pero hoy es una buena síntesis de cómo el turismo puede convertirse en un monstruo que tiene el potencial de devorarse a los destinos y que genera reacciones airadas de la gente.

Un cartón del español Martín Ferrán resume lo anterior en la imagen de un hombre “mentándole la madre” a los viajeros amontonados en un turibús, mientras el guía les explica que es un saludo según los “nuevos usos locales”.

Lo mismo que las pintas en Barcelona con la frase: Tourist go home or die, pues hasta esos extremos de hartazgo ha llegado la masificación de esta actividad.
Madrid propone cambiar el chip:
¿Cabezas o carteras? Además de la frase del secretario Enrique de la Madrid, quien dice que la meta es que lleguen los turistas con las carteras llenas y se vayan con las carteras vacías; parece relevante elevar los costos de visitar un destino.

No necesariamente “mucho es bueno”; por lo que Madrid plantea la importancia de encontrar un equilibrio entre turismo masivo y de baja escala.

Y claro hay que buscar un balance entre la rentabilidad de los negocios, los pagos a los trabajadores y los cobros que se exigen para sostener los recursos naturales y culturales.

Mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero será la única manera de seguir obteniendo ventajas del turismo en el presente; sin quitarle este patrimonio a las generaciones futuras. “El alacrán viene derechito”.

 



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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