El apetito de viajar crece arriba de lo que dicen los expertos

 
Redacción
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Así como hay “sorpresas buenas” y “sorpresas malas”, los expertos en la actividad turística, léase los directivos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), siguen a la expectativa de qué será lo que confirmará su pronóstico de crecimiento del turismo internacional.



Resulta que en los últimos cuatro años la llegada de turistas internacionales ha crecido 4.4%, cuando ellos anticipan que lo haría en el orden de 3.8% de aquí a 2020.

No se trata de un error marginal, pues resulta que en este periodo el incremento es casi 14% arriba del que estimaron estos especialistas.

Sus cifras no provienen del “dedómetro”, muy apreciado en México, sino que toma en cuenta diversos elementos que componen sus estadísticas y que, supuestamente, son las más completas del mundo.

La actividad turística ha demostrado ser particularmente sensible a una serie de problemas bien identificados, pero también ser muy resistente, por lo que rápidamente se recupera de las situaciones complejas.

Entre ellos, en primer lugar, los problemas económicos y en estos últimos años no han sido pocos, comenzando por la crisis en Estados Unidos de 2008 y la situación recesiva que sigue padeciendo Europa.

Otros de los problemas devastadores para el turismo tienen que ver con las enfermedades y, afortunadamente, luego del Síndrome Agudo Respiratorios (SARS), los casos han sido menores como la nueva influenza en México y el Síndrome Respiratorio del Medio Este (MERS).

Uno más se refiere a la seguridad y en la OMT hay una situación de alerta debido al resurgimiento del terrorismo en Europa, que ha provocado problemas como la contracción de 4% en los ingresos de París en diciembre.

Un porcentaje que, no obstante su importancia en términos absolutos, debe ser visto como una situación menor en el contexto de la magnitud de sus ingresos totales.

El otro factor que frena al turismo son las catástrofes naturales, aunque se trata de situaciones regionales específicas como las que resultan afectadas por huracanes, tsunamis y demás calamidades.

Así es que no parece existir en el horizonte una razón suficientemente importante como para derrumbar a la actividad turística en lo que resta de esta década, para que se cumpla el pronóstico de la OMT.

Si esto ocurre así, la OMT tendrá que plantear nuevos escenarios y explicar científicamente por qué a pesar de todo, las personas siguen viajando a un ritmo nunca antes visto.

Obviamente mucho tienen que ver las redes sociales, el internet, la reducción de los precios de los boletos de avión junto por la caída del precio de la turbosina.

También un marcado interés de los jóvenes por hacer suyo, más allá de los conceptos abstractos, el mundo de la globalización.

Hay que esperar que todo ello sea el caso y que en el futuro la comunidad de los viajeros internacionales siga aumentando a tasas superiores a 4% como hemos visto últimamente.

De lo contrario aparecerán súbitamente los Heraldos Negros, como en el poema de **César Vallejo**, para cambiar el panorama de modo igualmente imprevisto.



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