En la pasada Feria Internacional de Turismo de España (Fitur), Carmen Ríu, la presidente de la cadena española de hoteles que ostenta como nombre su apellido, llegó a un salón donde se encontraba el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González.
Uno de sus colaboradores le había dicho minutos antes que la señora Ríu quería reunirse con él y el mandatario aceptó recibirla; lo que no sabía es que para ello se había salido de otra reunión en la que estaba con Miguel Torruco, el titular de Turismo de México.
El señor Torruco nos ha dicho que no pueden servir de interlocutor con el presidente Andrés Manuel López Obrador, se quejó la señora Ríu, quien seguía sin poder reiniciar la construcción de su hotel en Punta Nizuc, Cancún.
Un problema que se gestó en la administración de Roberto Borge, cuando le ampliaron injustificadamente la densidad de cuartos a su proyecto; lo que generó acciones legales de Grupo Brisas, de Antonio Cosío, promoviendo un amparo en los tribunales para tratar de frenar la obra pues considera que afectará a su hotel de gran turismo, vecino de esa propiedad.
Hoy Ríu otra vez está por reiniciar la construcción de su hotel, por lo que ayer no fue tema de la reunión que sostuvieron en Palma de Mallorca, de donde provienen los capitales de diversos grupos invertidos en la hotelería mexicana, los capitanes de esas compañías y el gobernador de Quintana Roo, Joaquín González, junto con la gobernadora electa Mara Lezama.
Tanto entre los empresarios como entre los periodistas fue tema el hecho de que estos dos políticos, provenientes de partidos antagónicos, acudieran juntos a este encuentro.
Pero Joaquín González refrendó que es un demócrata y que además lleva una relación de años con Lezama, con quien trabajó en diversos proyectos cuando ella era presidenta municipal de Benito Juárez-Cancún.
Una actitud conciliadora y de apoyo a su estado de ambas partes, que no sólo es una muestra de madurez sino que además debería de servir de ejemplo a otras entidades donde las transiciciones son todo menos ordenadas y tersas.
A nivel de rumor, a los quintanarroenses les hace sentido ver próximamente a Joaquín González en la Secretaría de Turismo; aunque la realidad es que no hay nada confirmado más allá de la broma que hizo Lezama en España de que ahora sí esa dependencia está por mudarse a Chetumal.
Además se especuló que Torruco está buscando apoyos por todos lados y que por ello se reunió el lunes con Braulio Arsuaga, el presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), cuando en realidad este último fue a presentarle a Lourdes Prieto, como directora general del CNET.
Lo que sí es un hecho es que las inversiones turísticas de los españoles en Quintana Roo siguen creciendo y que este año concluirán mil 500 cuartos de hotel más; mientras que para 2023 y 2024 tienen previsto desarrollar hasta tres mil adicionales.
La conectividad aérea también se está fortaleciendo y en este viaje también se concretó el vuelo de World 2 Meet, una aerolínea española que estará conectando a Madrid con Cancún con cinco vuelos semales.
No es exagerado decir que España se seguirá consolidando como un mercado emisor de turistas de primera línea, para el Caribe Mexicano.