Darío Flota cierra hoy un ciclo profesional como primer director del Consejo de Promoción Turístico de Quintana Roo (CPTQ) y lo hace después de que, junto con el sello de safe travel, del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), fueron sus negociaciones con las aerolíneas las que permitieron que su estado se recuperara en tiempo récord de la crisis de covid-19.
En su lugar llega Javier Aranda, otro profesional de los viajes, quien fue director del Consejo de Promoción Turística de México en Europa y también extitular de los fideicomisos de turismo de Riviera Maya y Vallarta.
Un “viejo lobo de mar” que conoce a detalle los procesos de promoción turística y que confirma que la gobernadora entrante, Mara Lezama, no hará pruebas raras con la actividad de la que depende 70% de la economía de Quintana Roo.
También, que los quintanarroenses tendrán “mano”, pues por allí hubo algunos apuntados detrás del puesto; como Marc Murphy, extitular del Fideicomiso de Riviera Nayarit.
Lezama también está dando señales de que desea conocer las mejores prácticas en otras latitudes y anteayer invitó a Rodrigo Esponda, titular del Fideicomiso de Turismo de Los Cabos (Fiturca), para conocer su gestión en el principal destino de lujo en el país.
Tomar decisiones poniendo por delante el negocio; dialogar con y no imponerse a los empresarios y la transparencia, fueron tres claves que puso Esponda sobre la mesa.
Lezama tiene un reto, pues hay muchos intereses en torno al turismo de un estado con más de 130 mil cuartos hoteleros; comenzando con el de Miguel Torruco, titular de Turismo federal, quien presionó a Flota para que entregara la participación de Quintana Roo en las ferias internacionales a su concesionario, que es CREA.
Como las cifras no daban y siempre era más caro y con menos ventajas hacerlo con el gobierno federal, Flota defendió la presencia independiente del Caribe mexicano y Torruco siempre se quejó de Flota, tanto con el gobernador saliente como ahora con el entrante.
El director saliente del CPTQ ya dejó contratados los pabellones del Caribe mexicano para la World Travel Market de Londres y para la Feria Internacional de Turismo de España.
Las siguientes le tocarán a Aranda, pero quienes lo conocen saben que una de sus características es que utiliza los recursos para dar resultados, lo que no necesariamente está alineado a las gestiones políticas.
Si lo que pretende Torruco es engrosarle el negocio a CREA o subsidiar a otros destinos, quizá se lleve una segunda sorpresa.
Un aspecto poco afortunado es que Flota no supo, con más anticipación, de su salida, pues hasta hace apenas unos días seguía la posibilidad de que se mantuviera, por lo menos, por un periodo de transición.
Con el intenso señor Torruco machacando en que Flota era un factor negativo en la relación con Quintana Roo, no sería extraño que uno de los elementos de su salida haya sido evitar tensiones al inicio del nuevo gobierno.
Lezama, como presidenta municipal de Cancún, ya antes rompió su relación con Gloria Torruco de O’Farrill, la hija de Miguel, después de que la había invitado a encabezar la oficina de Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Así es que, a partir del lunes, una gobernadora y un equipo nuevo seguirán escribiendo la historia del turismo en Quintana Roo.