Tú puedes tener un tesoro maravilloso, pero si no eres capaz de ponerlo en valor de mercado, de asegurar que el mundo lo conozca, lo viva y lo experimente de nada te sirve, reflexiona Héctor Flores Santana.
Entrevistado para el libro “Cómo se atrae el turismo a México”, que publicará próximamente el autor de este espacio, el director general del Consejo de Promoción Turística (CPTM) compartió su visión sobre la razón de ser de este organismo.
Comprensión del mercado turístico, liderazgo, capacidad de incidir en él con recursos que no provienen de los impuestos de los mexicanos; son elementos técnicos que destaca casi dos décadas después de haber sido parte del equipo fundador del CPTM.
Además, dijo, sólo así se puede seguir apoyando una actividad que genera divisas para lograr una balanza turística superavitaria de 10 mil millones de dólares, capaz de compensar el déficit de la balanza comercial del país.
Precisamente esta “razón de Estado”, además de que el objeto de comercialización del turismo es en parte el acervo cultural y natural de un país lo que genera riqueza y empleos para sus habitantes, explica la creación del ahora llamado Derecho de No Residente (DNR).
Fue en el sexenio de Ernesto Zedillo, cuando Óscar Espinosa Villarreal, como Secretario de Turismo, impulsó el nacimiento del CPTM cuyo primer director general fue Javier Vega Camargo.
Flores Santana era Subsecretario de Turismo y a la salida de Espinosa Villarreal, condujo como encargado del despacho la Sectur hasta el final del gobierno de Zedillo.
De aquel tiempo recordó que había pasado casi un año tras la devaluación del peso de diciembre de 1994 y aunque viajar a México era muy barato para los turistas que tenían ingresos en dólares, otros países recibían mayores flujos de viajeros foráneos.
“En aquel momento varios países de Centroamérica y el Caribe como Costa Rica, Puerto Rico y República Dominicana estaban creciendo arriba de México en la asignación de recursos presupuestales para la promoción y también en la llegada de turistas internacionales”, refirió.
Por ello fue estratégico crear el CPTM para reemplazar a la Subsecretaría de Promoción y contar con una fuente de recursos que no comprometiera los impuestos de los mexicanos.
Cuando el Secretario de Hacienda veía que la “cobija” era de cierto tamaño, recuerda Flores Santana, lo primero que hacía era asignar recursos para la salud, la educación, la seguridad, el bienestar social, el desarrollo de infraestructura y hasta el final estaban las campañas de promoción turística.
Hoy en cambio el CPTM dispone de una fortaleza financiera gracias a la existencia del DNR y de allí la importancia de que la industria cuide este ingreso y se preserve a favor de la promoción turística.
Al cabo de dos décadas, consideró el funcionario, el Consejo tiene además un equipo de especialistas en administración pública con la capacidad de entender cómo funciona el turismo, cómo operan los mercados de viajeros y cómo se desarrollan los productos turísticos.