Cruceros, un rompecabezas cada vez más complejo

 
Carlos Velázquez
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Acorde a la fecha, el pasado 28 de diciembre, “Día de los inocentes” la Secretaría de Turismo, que lleva Miguel Torruco, difundió un comunicado con las reglas para que los pasajeros de los cruceros desembarquen en los puertos mexicanos.



Alineado a los criterios de la Organización Mundial de la Salud, Sectur señaló que se ofrecería apoyo médico a los contagiados de Covid-19 y que quienes no presentaran síntomas podrían descender de los barcos con cubre bocas y respetando las prácticas conocidas de higiene y sana distancia.

“Nuestro país mantiene su política de solidaridad y fraternidad, lo mismo que el principio de no discriminación(…)”, señala el documento en su párrafo final.

“Día de los inocentes” porque cada estado es “libre y soberano”, así es que siguen actuando con criterios propios, desde los que se han puesto muy estrictos, como Puerto Vallarta en Jalisco, donde han exigido pruebas para del desembarco, hasta los muy relajados.

Es el caso de Puerto Chiapas, pues después de dos años de no recibir un crucero, allí atracó uno de Seaborn que había sido rechazado en varios países sudamericanos y a los turistas casi les tendieron una alfombra roja.

Los también “hoteles flotantes” siguen padeciendo el peor momento de su historia y aunque no se ha recuperado ni la mitad del negocio, tampoco significa que estén parados.

Según Arturo Musi, quien preside la Asociación de Cruceros en México, del regreso de la pandemia a la fecha ya han llegado más de 700 cruceros a los puertos mexicanos.

Además, su ocupación promedio es del 80%, lo que muestra la capacidad comercial y de distribución de las navieras.

El hecho de que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) haya recomendado que los estadounidenses no viajen en cruceros, como establece la última alerta de viaje, es otro duro golpe para el sector.

Mientras los medios en Estados Unidos, se han dado vuelo sobre la pesadilla que enfrentan en el terreno alimenticio los pasajeros que deben recluirse en sus camarotes porque están contagiados.

El fin de semana pasado, The Washington Post publicó fotos enviadas por pasajeros a quienes les dieron una naranja podrida o un plato de arroz como cena, durante sus vacaciones de fin de año.

Pero siempre estarán los viajeros que no se resistirán a sus ofertas cada vez más agresivas y al trabajo comercial de los agentes de viajes, que nuevamente están sacando adelante el negocio.

La historia de la crisis sigue en marcha para los cruceros y las ventas, quiebras, fusiones y adquisiciones de varias compañías son historias que no han concluido.

Divisadero

Tren Maya. La llegada de Javier May al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) fue para responder al encargo del presidente López Obrador, de operar políticamente respecto a esta obra de infraestructura ante un panorama político que llega a un momento muy complejo.

Con los contratos asignados y los derechos de vía resueltos, salvo en el tramo de Playa del Carmen, donde hay varios hoteles de capitales extranjeros; el nombre del juego tiene que ver con las elecciones en Quintana Roo y, sobre todo, las presidenciales del 2024.

La noticia no es buena para los colaboradores que llegaron con Rogelio Jiménez Pons a Fonatur, pues May tiene un equipo grande y el ahora Subsecretario de Transporte muy pocas posiciones para reubicarlos.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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