El futuro del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) como organismo independiente o no de la Secretaría de Turismo (Sectur), es uno de los temas turísticos que entrarán a revisión durante las campañas presidenciales.
A fines de la década de los 90, Óscar Espinosa, durante su paso por Sectur, impulsó un organismo de vanguardia a nivel mundial.
En ese momento había pocos precedentes, entre ellos la Comisión Canadiense de Turismo (CTC), la Casa de Francia o Turismo de España, que ya estaban invirtiendo a través de organismos independientes en sus “marcas país”.
Actualmente hay más de tres decenas de organismos similares en el mundo y, al menos, la oportunidad ya no opera a favor de México.
No sólo eso, sino que por lo menos a nivel conceptual el país vivió un retroceso después de que el presidente Felipe Calderón decidió cambiar la estructura legal del CPTM, para que el secretario de Turismo fuera también su director general.
La medida puede compararse con las de esas empresas en donde el presidente del Consejo de Administración también está al frente de la parte operativa, lo que habitualmente deriva en la pérdida de un paso fundamental de evaluación y rendición de cuentas.
El director general, entonces, se mueve con absoluta libertad y nadie tiene el poder para obligarlo a cambiar una decisión equivocada a menos de que el consejo de administración le diera la espalda.
En el caso del CPTM dicha posibilidad ni siquiera existe, pues la mitad de los asientos son ocupados por funcionarios del gobierno federal.
La contraparte es lo que se ha vivido en México en la vida real, pues cuando el director general del CPTM no era el secretario de Turismo, pero sí un funcionario designado por la Presidencia, resultaba común que hubiera diferencias de fondo entre los dos primeros funcionarios.
Esto ocurrió tanto si la relación personal y política previa entre ambos era buena, como si era inexistente o mala.
En el primer caso hay que recordar el periodo en que Francisco Ortiz fue director del CPTM y Rodolfo Elizondo secretario de Turismo; ambos eran amigos, estuvieron en la campaña de Vicente Fox, fueron colegas en Los Pinos y ya en el turismo, el primero refrendó una y otra vez que su jefe era el Presidente.
La situación empeoró cuando Magdalena Carral reemplazó a Ortiz, pues ella formaba parte, además, del equipo político de Santiago Creel, entonces secretario de Gobernación y adversario de Elizondo.
Ahora Gloria Guevara, titular de Sectur, toma decisiones en el CPTM y sólo acata las órdenes del presidente Felipe Calderón, aunque las decisiones de promoción se toman como si se tratara de una subsecretaría, lo que le resta competitividad e independencia a la marca México