La semana pasada algunos inversionistas del sector turismo se reunieron con el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), **Juan José Guerra Abud**, y la nota fue que no hubo nota. Tal y como se lee.
En el encuentro resultó evidente que ni siquiera había que iniciar una “cruzada” para reformar el famoso artículo 60 Ter de la Ley General de Vida Silvestre, mejor conocida como la “Ley Manglar”, que en el pasado reciente frenó proyectos importantes.
El cambio de fondo tiene que ver con el enfoque de las autoridades respecto a la forma en que se aplica esta regla y allí las palabras clave son “conservar” y “compensar”.
En la Riviera Maya, por mencionar un caso famoso, hay desarrollos turísticos como Tres Vidas, de **Romárico Arroyo**, y Mayakoba, del Grupo OHL, que preside el empresario español **Juan Miguel Villar Mir**, donde el mangle es 1.5 metros más alto en promedio que en el resto de la Península de Yucatán.
Alrededor de esos proyectos la llamada “masa vegetal” también tiene mayor densidad y además se encuentra el mayor número y la mayor diversidad de especies animales.
Otro caso famoso al respecto es el de Experiencias Xcaret, de **Miguel Quintana Palli**, que además de contarse entre los parques más visitados de América Latina realizan un trabajo relevante a favor de la naturaleza.
La experiencia demuestra, incluso, que hay gran número de sitios donde el ser humano no ha intervenido que hoy están en condición precaria, debido a los fenómenos de contaminación y calentamiento global.
Por ello las empresas deben conservar lo que existe y cuando necesita ser afectado para generar desarrollo turístico, compensar no sólo en la misma medida sino en una mayor ligada a la propia rentabilidad de los proyectos.
Recuerdan los desarrolladores turísticos que en el sexenio pasado la Semarnat ni siquiera se enfrentaba a ellos, sólo utilizaba a su favor la negativa ficta, es decir que todo aquello que no estaba expresamente permitido se consideraba prohibido.
De esa manera se desalentó la inversión turística, que en los siguientes años podría tener un repunte no sólo en función de la nueva actitud del gobierno, sino por las condiciones del mercado, pues finalmente la demanda está excediendo la infraestructura instalada.
Así es que el encuentro marchó sin problemas y la posición de la Semarnat respecto al turismo es ser estrictos en el cumplimiento de las normas, exigir información y estudios que pueden ser costosos y, a cambio, autorizar los proyectos que conserven y compensen.
Así es que ahora varios desarrolladores de proyectos turísticos ya están calentando motores, ambiente al que se suma el anuncio de las ambiciosas metas crediticias que tiene la banca de desarrollo.