Aunque seguramente no influyó para nada en el presidente Enrique Peña la decisión de enviar a Claudia Ruiz Massieu a Hidalgo, como su representante para hacer frente a las consecuencias de las lluvias torrenciales, fue para ella mejor políticamente que haberla enviado a Guerrero.
Y es que ella ha insistido ante sus colaboradores cercanos que no tiene interés alguno en contender próximamente por la gubernatura de su estado natal, la entidad más severamente golpeada por estos fenómenos naturales.
Fueron Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, así como Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Social, quienes se quedaron comisionados por el mandatario para atender un problema que ha tomado dimensiones de desastre.
En 15 años, Guerrero no había tenido un problema natural de este tamaño, cuando debido a su posición geográfica es una entidad frecuentemente golpeada por las inundaciones.
Fue Carlos Joaquín González, subsecretario de Operación Turística, quien se trasladó ayer en un avión de la Marina para coordinar en Acapulco la atención a los turistas.
Junto con la Secretaría de Turismo de Guerrero, cuyo titular es Javier Aluni, negociaron con las asociaciones de hoteles extensiones de estancias gratis o a precio de costo para los viajeros que se quedaron atrapados allí.
Según un balance preliminar fueron alrededor de 22 mil quienes tuvieron que ampliar su estadía en los hoteles y más de 40 mil personas estaban hospedadas con familiares o en condominios.
La situación se volvió muy complicada sobre todo para quienes llegaron con un presupuesto justo para pasar el fin de semana largo, que ahora se volvió “larguísimo”.
Desde ayer martes, Interjet y Aeroméxico comenzaron a volar nuevamente al puerto, pero incluso estableciendo un llamado puente aéreo, pues su capacidad para llevar a los viajeros a la Ciudad de México se limita a poco más de 200 cada dos horas.
Las aerolíneas, en coordinación con las autoridades, le han dado prioridad a pasajeros con boletos comprados y después a mujeres con niños, adultos mayores, enfermos y a quienes demuestren casos de urgencia.
Mientras tanto, funcionarios de la Sectur, el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y el Consejo de Promoción Turística de México viajaron a la Huasteca hidalguense, la zona más afectada en ese estado.
En el pasado fue relevante cómo se coordinó el trabajo de recuperación de destinos en Quintana Roo, por ejemplo tras el paso del huracán Wilma.
Aquí la situación es distinta, pues ni la población está preparada para hacer frente a estos fenómenos ni tampoco hay una presencia relevante de instituciones como Fonatur, que opera en Cancún, Riviera Maya o Cozumel.
En este Fondo, la Sectur y el CPTM hay sitios de acopio de alimentos y otros productos para apoyar a los afectados.