Contrario a lo que muchos esperaban o deseaban, la nueva secretaria de Turismo no salió de las filas del sector, como fue el caso de su antecesora, ni tampoco ha tenido algún trabajo relacionado con esta industria.
Es decir, **Claudia Ruiz Massieu Salinas**, la nueva titular de la Secretaría de Turismo designada por el presidente **Enrique Peña Nieto**, al parecer no sabe nada de la materia que hoy le atañe y llegará a aprender.
Lo cual no quiere decir que no sea una mujer preparada, sino todo lo contrario. Baste echar un vistazo a su historia: ha trabajado en la Secretaría de Seguridad Pública Federal, como coordinadora de asesores del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad; luego fue coordinadora general de Planeación, Desarrollo e Innovación Institucional en la Procuraduría General de la República. En la UNAM estuvo en el Instituto de Investigaciones Jurídicas y en la Universidad Anáhuac dio clases de Derecho y Sistemas Jurídicos Contemporáneos.
También ha sido dos veces diputada federal y en las pasadas elecciones intentó llegar al Senado, pero no lo logró. Como legisladora, fue secretaria de la Comisión de Gobernación y también fue integrante de las comisiones de Hacienda; de Presupuesto y Cuenta Pública; de la Especial para Analizar el Presupuesto de Gastos Fiscales; de la Mixta México-Unión Europea y de la Mixta México-Estados Unidos. También formó parte del Comité del Centro de Estudios de Finanzas Públicas.
Y después de que el PRI ganó los comicios presidenciales de este año, Peña Nieto la incluyó en el equipo de transición, nombrándola Coordinadora de Derechos Humanos y Transparencia.
En ningún momento de su trayectoria aparece la palabra turismo. ¿Quién se iba a imaginar que llegaría a relevar a Gloria Guevara en la Sectur? Cuando el presidente **Vicente Fox** nombró en ese cargo a **Rodolfo Elizondo**, era un poco la misma situación, pero por lo menos había pasado por la Comisión de Turismo como legislador.
De manera que la nula relación de Claudia Ruiz Massieu con el tema turístico juega en su contra, por lo que la industria deberá esperar a que la nueva funcionaria pase la tradicional, en estos casos, curva de aprendizaje, además de que el presidente la arrope con gente experimentada en la materia, tanto para ocupar las subsecretarías, como en el Consejo de Promoción Turística de México y en Fonatur.
En esto contexto, pareciera que la llegada de la joven funcionaria a Sectur es una mala noticia para el sector. Sin embargo, a mí me parece que, por el contrario, son buenas noticias.
Para empezar, porque está visto que tener un pasado en la industria turística no garantiza lograr un desempeño eficiente al frente de la Sectur. Lo acabamos de comprobar.
En segundo lugar, porque la formación profesional, académica y legislativa de Ruiz Massieu trasluce que no desarrollará una gestión gerencial, sino que debe tener una idea mucho más completa y sólida de lo que implica estar al frente de un ministerio y gobernar un país.
Además, proviene de una familia política sumamente fuerte, con influencia dentro del PRI y ahora también dentro del gobierno federal. Baste el dato de que es sobrina de un ex presidente, y no cualquier ex presidente: Carlos Salinas; e hija de uno de los más destacados militantes que ha tenido el PRI en los últimos veinte años: José Francisco Ruiz Massieu.
La Secretaría de Turismo, por su naturaleza, es una de las más transversales del gabinete: prácticamente tiene qué ver con todas las demás secretarías. Por lo que lo mejor que le puede pasar es tener una titular que sea cercana al Presidente de la República y que detente el suficiente peso político para que sus demandas sean atendidas y tomadas en cuenta por los demás miembros de alto nivel del gobierno con los cuales tendrá que tratar cotidianamente.
No tengo duda: el peso político de sus apellidos y la solidez de su formación, para efectos prácticos en política, son mucho mejores cartas de presentación que el ser una experta en turismo.