Tras cumplirse uno de los dos escenarios indeseables asociados a la elección presidencial, es decir que Claudia Scheinbaum ganara la presidencia y Morena la mayoría calificada en el Congreso; los mercados reaccionaron el lunes con una devaluación del peso contra el dólar de 4.11% y el IPC de la Bolsa cayó 6.11%.
Desde el anuncio del confinamiento por la pandemia, el índice bursátil mexicano no bajaba tan estrepitosamente.
Quizá si la virtual presidenta electa hubiera anunciado que Rogelio Ramírez de la O, un economista respetado, hará el próximo Presupuesto de Egresos al ser ratificado titular de Hacienda, se habrían calmado las aguas; pero lo hizo primero el presidente López Obrador y acentuó los temores de que seguirá tomando decisiones.
Ayer Ramírez de la O precisó que el próximo gobierno alentará las inversiones y mantendrá la disciplina fiscal.
La devaluación del peso no es necesariamente una mala noticia para el turismo mexicano; sobre todo para las empresas que hacen negocio con los turistas internacionales, pues ahora están ganando más en pesos.
Muchas empresas turísticas importantes orientadas a los mercados foráneos sufrieron pérdidas el año pasado debido a la inusual fortaleza de la moneda mexicana.
Aunque sigue la incertidumbre en un momento complicado, con una deuda pública creciente y la complejísima situación de Pemex.
Lo que ya hemos aprendido en seis años, es que los negocios turísticos tienen que ganar dinero sin el respaldo gubernamental.
Así es que más vale que las empresas turísticas de todos los tamaños aceleren sus decisiones para reforzar sus áreas más débiles.
Otra sorpresa de los comicios fue que una encuestadora poco conocida, MetricsMx, armada de robots estuvo entre las tres que lograron los pronósticos más certeros.
Valerse más de la inteligencia artificial para hacer promoción turística y cumplir otras tareas puede ser vital para una empresa que pretenda ganar más dinero.
Mientras los grandes desarrolladores deberían acelerar sus proyectos de destinos planificados totalmente privados, como hay tantos en otros países.
Lo que parece una realidad es que, en los próximos seis años, el foco del gobierno seguirá siendo subsidiar a los mexicanos más pobres.
De haber también certidumbre jurídica, seguridad, un manejo responsable de la economía y un gobierno que ya no de a luz nuevos elefantes blancos, los negocios turísticos tendrían una base para salir adelante.
Divisadero
Baja California. En el estado que será sede el próximo año del Tianguis Turístico, los resultados electorales no sólo provocaron resquebrajamientos en la alianza PRI-PAN-PRD.
El exgobernador Jaime Bonilla, quien se dedicó el último año a hostigar a la gobernadora Marina del Pilar Ávila, fue borrado políticamente en su intento de volverse senador por el PT ya que sólo consiguió 50 mil votos.
Mientras Julieta Ramírez, candidata de Morena y aliada de la mandataria, obtuvo la curul con casi medio millón de sufragios.
Qué oso. Hay que ser un verdadero genio para perder la alcaldía de Miguel Hidalgo, ostentando la marca de Morena y teniendo el respaldo de uno de los grupos empresariales más poderosos de México.
Pues esa hazaña la logró Miguel Torruco Garza, el hijo del secretario de Turismo, quien además tuvo la puntada de querer votar sin hacer fila, por lo que decenas corearon: “¡que se forme, que se forme!”
Un video que se hizo viral el domingo pasado, como corresponde a quien también presume de ser un influencer.