Ecuador es un país que, volando, está a sólo cuatro horas y media de la Ciudad de México, pero únicamente alrededor de 65 mil de sus ciudadanos nos visitan cada año. A pesar de que en el gobierno de Felipe Calderón se flexibilizaron las políticas migratorias con Sudamérica, llegando incluso a exentar de visa a varias naciones, esto no se aplicó en el caso de los ecuatorianos.
El resultado de estas medidas fue el incremento de turistas provenientes de esa parte del continente americano, al grado que el año pasado superaron en crecimiento a los provenientes de Europa.
De acuerdo con información del Consejo Nacional Empresarial Turístico, el país que más aumentó fue Costa Rica, con 23.5 por ciento, seguido de Guatemala, con 22.3 por ciento; Brasil, con 22; Argentina, 20.3; Chile, 19.2; Perú, 16.4; Colombia, 10.2; y Perú, con 10 por ciento.
Inclusive, en 2017 llegaron más turistas argentinos, colombianos y brasileños, que los procedentes de España, Alemania, Francia o Italia. Sin embargo, los ecuatorianos no pintan en esta estadística.
De tal situación se queja el embajador de Ecuador en México, Leonardo Arizaga, quien afirma que se encuentra negociando con nuestro gobierno para lograr que también les quiten el requisito de la visa. “Para un ecuatoriano, es más difícil conseguir la visa mexicana que la de Estados Unidos; además de que México únicamente tiene consulado en Quito, la capital”, asegura el diplomático.
Al respecto, Verónica Sevilla, gerente general y CEO de la oficina de Turismo de Quito, explica que hasta antes del 2003, los ecuatorianos podían viajar libremente a nuestro país, pero las autoridades mexicanas les impusieron la necesidad de visa a partir de entonces, debido a presiones de Estados Unidos, ya que estos sudamericanos utilizaban la facilidad de llegar a México para desde aquí entrar ilegalmente a la Unión Americana.
Pero los funcionarios de Ecuador no solamente están buscando que más de sus paisanos puedan venir a México, también quieren que más mexicanos visiten sus destinos turísticos. Actualmente, la cantidad es muy baja: nada más 17 mil lo hacen cada año, aunque muchos de ellos son viajeros de alto poder adquisitivo.
La mayoría de los mexicanos que viajan a Ecuador, lo hacen para conocer la principal joya turística que poseen los ecuatorianos: las islas Galápagos, no obstante que la experiencia cuesta un mínimo de tres mil dólares y se debe reservar con mucha anticipación, debido a que, por cuestiones de sustentabilidad, el acceso es limitado a unos cuantos afortunados.
Pero Galápagos, que resulta verdaderamente un destino aspiracional para cualquiera, es tan buscado por los mexicanos que, según cuenta Sevilla, tradicionalmente en nuestro país se promociona con la oferta de pasar una noche en Quito, como si la capital ecuatoriana no mereciera más que ser un sitio de paso hacia este archipiélago.
Pero ahora Quito trabaja para que el mundo comprenda que también es una ciudad que vale la pena un viaje de vacaciones y que bien se puede aprovechar un periplo a las Galápagos, para quedarse varios días a conocer la capital, y esta es la razón por la que Sevilla estuvo hace unos días en nuestro país.
La funcionaria sostiene que si bien hasta hace un par de años había una conectividad aérea limitada entre ambos países, actualmente ya no es así. Dice que Aeroméxico vuela directo desde la Ciudad de México, con cada vez más frecuencias. En febrero pasado eran siete semanales, hoy son doce y a finales de año serán catorce. En tanto que el embajador Arizaga comenta que Interjet ya está planeando establecer vuelos tanto a Quito como a Guayaquil, otra de sus principales ciudades; y Lorena Ruiseco, de Copa Airlines, añade que, con escala en Panamá, su empresa es una opción con cinco operaciones diarias desde la capital mexicana a Quito y cuatro más al día despegando de Cancún, las cuales aumentan a siete en temporada alta.
En medio de esta relación turística entre ambos países, los secretarios de Turismo de México y Ecuador, Enrique de la Madrid y Enrique Ponce de León, respectivamente, firmaron un convenio para que nuestro país los asesore para implementar en tierras ecuatorianas el Programa de Pueblos Mágicos, que ha resultado aquí tan exitoso.
Este convenio estará vigente hasta diciembre de 2021 y se basa en el Convenio de Cooperación Turística que las dos naciones iniciaron desde 1992.
Por lo pronto, Ecuador será el invitado especial a la V Feria Nacional de Pueblos Mágicos que se llevará a cabo el próximo mes en Morelia. Ya veremos si todo esto sirve para que el embajador Arizaga logre que pronto desaparezca la exigencia de visa.
(Columna publicada en El Financiero)