Azcárraga y su condición en Nueva York

 
Alonso Gordoa
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Resulta difícil entender por qué **Gastón Azcárraga**, el ex presidente de Mexicana y de Grupo Posadas, incurrió en la falta migratoria por la que ahora tiene que vivir con un localizador abrochado a un tobillo en Nueva York, en vez de haberse ido a otro país.



Lamentablemente parece que su estrategia de defensa legal, luego de que fue acusado en México por lavado de dinero, estuvo afectada por su decisión de permanecer en Estados Unidos porque uno de sus familiares más cercanos es atendido allí de una difícil enfermedad.

Mientras tanto en México, también libra otros juicios de carácter mercantil con sus hermanos, por lo que rompió toda relación con ellos desde hace más de un año.

De hecho los abogados de ambas partes, pues hay procesos abiertos iniciados de una y otra partes, han recomendado que no exista comunicación entre ellos debido a las consecuencias legales implícitas.

Bajo cualquier escenario, y más allá de las implicaciones que tenga todo esto para privarlo de su libertad, es casi de novela advertir cómo puede cambiar una vida.

El otrora empresario más relevante del turismo en México, quien hospedó en uno de sus hoteles a **Vicente Fox** durante su campaña presidencial y luego nombró y quitó a funcionarios públicos, hoy además enfrenta una condición de enorme desprestigio.

Divisadero

Anécdota. Cuando **Claudia Ruiz Massieu**, secretaria de Turismo, dejó vacío su lugar en la comida que ofreció a los empresarios durante el pasado Tianguis Turístico en Quintana Roo, pues el presidente **Enrique Peña** la invitó a acompañarlo a inaugurar varias obras sociales en esa entidad, fue **Rubén Reachi**, secretario de Turismo de Baja California Sur, quien ocupó su sitio.

Allí estaban **Eduardo Sánchez Navarro**, de Grupo Questro; **Alejandro Zozaya**, de Apple Leisure Group; **Rodolfo López Negrete**, director del Consejo de Promoción Turística, y **Pablo Azcárraga**, presidente de Posadas y del Consejo Nacional Empresarial Turístico, entre otros.

Reachi llegó a la mesa con reservas, pues sabía que iba a generar envidia entre algunos de sus colegas; así es que no pasó desapercibido cuando Azcárraga comentó en la mesa:

“No te preocupes Rubén, pues siempre será mucho mejor causar envidia que causar pena.”

Apuesta en redes. Marriot acaba de lanzar un programa de lealtad para las redes sociales llamado PlusPoints.

Ha sido criticado, pues el valor de un like en Facebook o un retuit en Twitter tendrá menos legitimidad al ser compensado con puntos, que pueden cambiarse por cuartos de hotel.

Los mercadólogos le llaman a esto “tráfico comprado” aunque seguramente servirá para generar volumen y para comunicar las estrategias y diferenciadores de esa marca hotelera.

Si sus resultados son los esperados por la cadena, otros competidores seguramente imitarán esta decisión.



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