Si se incrementa la demanda de pasajeros y carga entre 9 y 10% al año, como señalan algunos pronósticos; Isidoro Pastor, general que dirige el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), sostiene que para finales de 2023 o principios de 2024 llegará a su punto de equilibrio.
Originalmente, abundó, la expectativa es que se alcanzaría hasta 2026.
¿Qué sucederá realmente con una previsible crisis económica en Estados Unidos y la postergación del regreso de México a la categoría uno de la aviación de ese país hasta noviembre?, sólo el tiempo lo dirá.
Sin embargo, está firmado que de las 12 operaciones que se realizan actualmente al día en el AIFA, para septiembre serán 62 debido a los compromisos de las principales compañías mexicanas.
Eso implicará que de mil 300 pasajeros que circulan actualmente, subirán a seis mil y a partir de allí el AIFA cobrará importancia y vida.
Pastor es un militar bien preparado, con una maestría en ciencias y un doctorado en administración pública; según se observa en la pared de su oficina pletórica de fotos y diplomas.
Un militar institucional que no oculta las imágenes con otros presidentes mexicanos, ni con personajes como la senadora estadounidense Hillary Clinton o Condoleezza Rice, la primera mujer afroamericana que fue Secretaria de Estado en ese país.
Todas estas cifras las hemos dado a conocer puntualmente, le hemos dedicado hasta cinco horas a detractores del proyecto; pero al día siguiente ellos escriben lo que conviene a sus intereses, a ver qué pasa ahora, dijo incluso divertido.
El militar reconoció que para alcanzar un elevado nivel de satisfacción al pasajero, al AIFA le “pega” la insuficiente infraestructura terrestre que se sigue construyendo y la limitada oferta para poder consumir.
En total hay 193 espacios comerciales dentro del aeropuerto, pero de ellos sólo 80 contratos cerrados y apenas 15 negocios funcionando.
Pero a estos últimos les va bien, sostuvo, pues sigue habiendo alrededor de 10 mil trabajadores terminando la obra y están desde los que tienen mayor capacidad adquisitiva hasta los que ganan menos pero que también necesitan comer.
La empresa que fue contratada para implementar el sistema de reconocimiento facial para acceder a las áreas estériles del aeropuerto, se retrasó argumentando que algunos de sus proveedores sufrieron problemas debido a la pandemia.
Ahora en algún momento de junio, la misma empresa se ha comprometido a instalarlo.
También están concluidos los 12 recintos fiscales para manejar más de 400 mil toneladas de carga al año; mientras que los hermanos El-Mann de Fibra Uno, están invirtiendo en unas bodegas fuera del recinto aeroportuario.
Como sucede en la hotelería, Pastor aseguró que se puede optar por las aperturas progresivas (soft opening) o por las aperturas completas (hard opening).
En el caso del AIFA se decantaron por la primera modalidad así es que a finales de 2022 se observarán los alcances de este aeropuerto, planeado para atender hasta 20 millones de pasajero al año; contra 49 millones del AICM.
Sus resultados nunca serán como los esperados en el NAICM, que canceló este gobierno, pero ahora las aerolíneas y el país buscan rentabilizar este aeropuerto. Si el día de la inauguración del AIFA las “tlayudas” ganaron la nota; las fritangas mexicanas llegaron para quedarse y ya hay dos taquerías, un negocio de pastes y un restaurante de chilaquiles.