Si en el Tianguis Turístico el gobierno de Yucatán, que encabeza Mauricio Vila y cuya titular de Turismo es Michelle Fridman, mostró capacidad de organización y entereza para sobreponerse a la adversidad; también hubo situaciones inéditas y preocupantes.
Ya el miércoles de la semana pasada se consignó en este espacio la ausencia de los empresarios en los discursos inaugurales.
Había sucedido antes que se había quedado fuera el presidente en turno del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) o el de la Confederación Nacional de Comercio y Servicios Turísticos (Concanaco-Sertvytur).
Pero nunca había sucedido que los dos fueran excluidos; además, y como lo confirmó el autor de este espacio, Braulio Arsuaga había sido invitado como orador en el programa original.
Fue en la Presidencia de la República donde se decidió que no participaría, como él mismo se lo compartió a algunos de sus cercanos.
Las órdenes no necesitan explicaciones, pero quedan las hipótesis de la falta de tiempo por el retraso que sufrió el avión del presidente o que sencillamente no quiso escuchar los potenciales reclamos de un sector que tuvo que sobrevivir sin apoyos federales durante la crisis del Covid-19.
El resultado fue que la relación entre el ejecutivo y los empresarios turísticos se enfrió todavía más, cuando ya estaba bajo cero.
Hace dos años López Obrador sencillamente rechazó la propuesta de Luis Barrios, como vicepresidente del CNET, quien le pidió dedicar una bolsa para la promoción turística internacional, vigilada, auditada, sin transas, con el mejor de los propósitos.
Y ahora de plano, los empresarios fueron borrados del mapa, lo que es todavía menos entendible cuando Arsuaga ha actuado con prudencia excesiva, para algunos exasperante, en llevar la relación del CNET con el gobierno federal.
Pero adicionalmente a la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores, también en el marco del Tianguis, sólo llegaron cuatro mandatarios estatales; es decir su presidente Omar Fayad, gobernador de Hidalgo; Carlos Joaquín, de Quintana Roo; Vila, el anfitrión y Layda Sansores, de Campeche y la única de Morena.
Días antes Adán Augusto López Hernández, el secretario de Gobernación, se reunió con los gobernadores de Morena y les pidió reducir su participación en Conago, que desde su perspectiva responde a los intereses de la oposición.
Así es que de los 17 gobernadores que habían confirmado, llegaron sólo cuatro y ni siquiera hizo acto de presencia Miguel Torruco, el titular de Turismo Federal, aduciendo temas de agenda como si reunirse con los gobernadores no fuera importante.
En el sexenio de Miguel de la Madrid, el entonces presidente pidió que se creara un grupo para dialogar con los principales inversionistas turísticos del país y así nació el CNET.
Hoy es evidente que esa organización ya no responde a las necesidades de interlocución de un gobierno de tendencia claramente estatista.
La lógica de los negocios no se reduce a recibir o no subsidios, hoy la iniciativa privada debería ser fundamental para reforzar los resultados económicos o acotar los escenarios de pérdidas potenciales en Santa Lucía y el Tren Maya. De proseguir así las cosas sólo ganarán quienes acaten sin chistar las órdenes del presidente; pero los costos serán para todos, es decir para el país e incluso para el ejército que espera beneficiarse patrimonialmente con el turismo en esos megaproyectos, aunque para hacerlo necesita primero saber cómo hacerlo.