Sin hacerlo del conocimiento público, Aeroméxico, la aerolínea que dirige **Andrés Conesa**, dio por terminado el código interlineal que tenía con Iberia, que dirige **Luis Gallego**, como paso previo al acuerdo que firmó este último con Interjet, que lleva **José Luis Garza**.
Desde finales de enero, cuando Interjet e Iberia comenzaron a analizar la posibilidad de tener un código compartido; en este espacio se publicó que la noticia no le había gustado a Aeroméxico.
De hecho esta última pidió una definición, para reemplazar a Iberia con Air Europa.
En realidad la valoración que hizo Aeroméxico fue en el sentido que no sólo Air Europa sino sus acuerdos con otras aerolíneas europeas, como Air France y KLM, le permitirían compensar los recursos que obtenía a través de Iberia.
En el mundo de la aviación, siempre complejo y con miles de detalles, resulta que una de las fuentes de dinero para las aerolíneas son esos acuerdos interlineales que les permiten emitir y recibir boletos de otras firmas a cambio de un arreglo económico.
Mientras tanto a Iberia le resultó más atractivo cerrar un acuerdo con Interjet para vender boletos desde Madrid y otros destinos de Europa y África, hasta cualquiera de las ciudades de México y el mundo a las que vuela Interjet.
El asunto no ha sido “miel sobre hojuelas”, incluso después de hacer público el acuerdo; el portal de Interjet tardó varios días para poner a la venta los destinos a los que vuela Iberia.
Este ha sido el segundo paso que ha tomado Interjet para su internacionalización, luego de que comenzó a volar a diversos destinos en el Continente Americano.
Y es precisamente ese brinco para convertirse en una aerolínea global, el que implica enormes retos en términos de táctica y de estrategia.
Interjet es una empresa que consistentemente ha ganado mercado y uno de sus grandes aciertos ha sido ser consistente con su modelo de negocio original.
Nunca fue una ultra low cost, como es el caso de Viva Aerobús, pero tampoco ha dado bandazos para abrir, por ejemplo, una clase ejecutiva o abandonando su esquema de vuelos punto a punto.
Siempre ha integrado en el precio de sus boletos el tema de la comodidad y servicio para los pasajeros y ha mantenido el espacio entre asientos y permite documentar dos maletas de 25 kilos cada una.
Donde tiene que pensar muy bien las cosas es en si apostará por los vuelos de larga distancia y por entrar a una alianza de aerolíneas, como One World, en la que estaba Mexicana.
Hoy el acuerdo con Iberia ya le implica retos importantes, pero esto puede ser apenas el primer paso de otras decisiones que seguramente impactarán, positiva o negativamente, su futuro.