Aeroméxico: “A Ámsterdam sólo vas a fumar marihuana”

 
Redacción
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¿Qué le parecería que de repente apareciera en televisión un anuncio de la aerolínea KLM que afirmara: “A la Ciudad de México sólo vas a meterte cocaína”? Y para ilustrar el texto apareciera una familia feliz: papá, mamá, hijitos y perro labrador, que corren sanos y sonrientes por los jardines del bosque de Chapultepec volando papalotes.



Aunque la imagen no apoyara al texto, más de un chilango se rasgaría las vestiduras y sumaría el anuncio a la lista de agravios holandeses encabezados por el penalti de **Arjen Robben**.

Esta historia es sólo ficción, pero la que sí es verídica es la de un anuncio de Aeroméxico que dice: “A Ámsterdam sólo vas a fumar marihuana”, frase que está ilustrada con un colorido plantío de tulipanes que terminan donde se alza el típico molino de viento.

Pero como, al parecer, los holandeses son más relajados que los latinos y no se toman la vida tan a pecho, cuando el director ejecutivo de Ingresos de Aeroméxico, el holandés –¿casualmente?– **Anko Van Der Werff**, le mostró el anuncio al embajador de su país en México, el diplomático simplemente se rio y, por el contrario, lejos de molestarse u ofenderse le vio el lado bueno al asunto: la oportunidad de decirle al mundo que Holanda es un país que está mucho más allá de ser sólo un destino donde se puede fumar marihuana legalmente.

Este comercial forma parte de la nueva campaña publicitaria de Aeroméxico que formalmente fue dada a conocer ayer y que pronto todos veremos en los medios de información.

Con cierta dosis de agresividad y con la obvia intención de enviar un mensaje provocador que llame la atención del público, esta campaña también tiene el objetivo de corregir algo que no tiene satisfechos a los ejecutivos de la línea aérea: últimamente han hecho las cosas bien, pero no lo han sabido comunicar; luego entonces, el potencial pasajero no tiene del todo claro las virtudes de AM en su radar a la hora de elegir por cuál compañía volar.

Y hay dos hechos que ejemplifican con exactitud esta situación: de los 130 aviones que integran la flota de Aeroméxico, entre los más nuevos se encuentran nueve B787 Dreamliner, considerado como el avión más moderno del mundo y actualmente el producto estrella de Boeing, que ofrece, para comodidad y diversión del pasajero, una buena cantidad de innovaciones tecnológicas. Hace diez años era el avión que nos prometía el futuro y hoy es una realidad. Pero eso lo saben los conocedores de temas de aviación, pero el consumidor común y corriente no, y la aerolínea no se lo ha sabido transmitir bien. “El B787 es un cambio muy importante en la empresa, que no se ha notado”, admite.

El segundo problema se entiende rápidamente si le pregunto al lector de esta columna ¿cuál es el slogan de la anterior campaña promocional de Aeroméxico? La frase es: “La línea que nos une” y, según afirma **Van Der Werff**, nadie lo recuerda. “Hoy nadie habla de esa campaña que hicimos”, se lamenta el ejecutivo, de la misma manera que se queja de que no han sabido presumir sus Dreamliner.

“La línea que nos une” fue una campaña clásica, sobre la cual la línea aérea explicaba que buscaba reforzar la misión de comunicar con emociones, al unir personas, sueños, países, amigos, ideas y negocios a través de una línea aérea mundial como Aeroméxico. Muy fresa, pues.

Y como a los ejecutivos de la aerolínea ya se les abrieron los ojos y se dieron cuenta de que no son los mismos de hace diez años, que su consumidor objetivo está cambiando y que este cambio demográfico está modificando la manera de hacer las cosas, de anunciarse, de vender, de comprar.

Por eso fue que salieron en búsqueda de una nueva campaña que resultara disruptiva con todo lo que habían hecho anteriormente, que hiciera ruido y que llamara la atención de este nuevo mercado de jóvenes viajeros. Así que lo primero que hicieron fue cambiar de agencia publicitaria y contratar los servicios de Ogilvy & Mather México, que diseñó esta nueva campaña de Rompiendo mitos.

Tuve la oportunidad de ver los anuncios la semana pasada y, sin adelantarle los contenidos que muy pronto verá, le puedo decir que el sentido de la campaña es usar frases hechas, lugares comunes que hablan mal de un destino, texto al que contraponen una imagen que muestra lo contrario, además de que en su página web dan más información sobre los atractivos de los sitios.

Ya veremos cómo reacciona el público mexicano ante esta campaña –aunque en realidad será una campaña internacional–, y si sirve para proyectar la imagen que Aeroméxico busca.

No obstante, en descargo de su anterior campaña publicitaria, tenemos que decir que aún en estos nuevos anuncios conservaron el slogan: “La línea que nos une”.



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