La salida de Gastón Azcárraga de la presidencia de Grupo Posadas es una decisión largamente prevista, que corresponde con aquella historia que lo ubicaba desde hace más de un año viviendo en Estados Unidos.
Hace 13 años, cuando se fundó el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), Azcárraga estaba en los “cuernos de la luna” y no sólo presumía de ser el empresario turístico con el mejor sistema de información a su servicio, sino de su bajo perfil ante los medios.
Como venía sucediendo desde el sexenio de Miguel de la Madrid, cuando su padre fundó el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), él era el mandamás en dicha organización.
Entonces se llegaron a colar a la presidencia de este organismo algunos dirigentes que no se alinearon con su visión, como Enrique Álvarez Prieto, y Azcárraga en persona operó exitosamente la salida de este último.
Además fue por aquella época cuando Posadas entró a operar con éxito una cadena de hoteles en Sudamérica.
Fue entonces cuando cometió el error estratégico de comprar Mexicana, una operación que celebró con una fiesta en la que se vistió de capitán mientras analistas influyentes lo declaraban “el empresario del año”.
Sus amigos dentro de la actual dirigencia del CNET, que por cierto hoy lo preside su hermano Pablo, quien ahora ocupa también la cabeza del Consejo de Administración en Posadas, fue que su soberbia lo perdió.
Y es que no sólo negoció con rudeza con los sindicatos, sino que cerró la cartera después de la inversión inicial y nombró un equipo de dirección de gente capacitada en finanzas, pero sin conocimiento de la industria aérea.
Hay otra versión todavía más dura, que incluso da origen a varias demandas en marcha en su contra, y es que deliberadamente utilizó esa información privilegiada de la que hacía gala, para quebrar a Mexicana y defraudar a una larga lista de terceros, sus acreedores. No hay que descartar que sus amigos tengan la razón y que el “pecado capital” de Azcárraga haya sido equivocarse una y otra vez, sin reconocerlo.
Falla de carácter o mala intención, el hecho es que dejó obligaciones sin cumplir y que la estrategia de sus abogados para que ceda la presidencia de Posadas no lo debe liberar de sus responsabilidades.
El hecho sucede convenientemente al final de un gobierno que no ha procedido en su contra y con un juez del Concurso Mercantil que, supuestamente para apoyar a los sindicatos, le ha dado a ganar mucho tiempo.
Ojalá sus amigos tengan la razón y no sea una persona sin escrúpulos, pero de una u otra forma el gobierno que viene debe lograr que cumpla económicamente, mientras que su prestigio como empresario ya está y seguirá por el suelo.
La alta cocina es una de las industrias que mejor definen la oferta turística de los Hoteles Camino Real, la competitiva cadena de hospedaje de Grupo Empresarial Ángeles que dirige Olegario Vázquez Aldir. Y es que la rama restaurantera ha ido creciendo a la par del servicio de alojamiento. El mejor ejemplo de este impulso se observa en el Camino Real de Polanco, con la apertura del Morimoto Mexico City y el Beefbar Mexico City, que han ampliado la oferta iniciada por otras marcas como Bice Bistro, La Huerta, China Grill y la Cantina María Bonita. Sin duda, con este concepto los Hoteles Caminos Real asumen un liderazgo en el sector turístico del país.
