MAZATLÁN.— Desde que **Mario López Valdés** (Malova) llegó a la gubernatura de Sinaloa, la importancia de crear una Oficina de Visitantes y Convenciones (OVC) ha sido un tema mencionado en los planes para el desarrollo turístico de la entidad.
Una de esas paradojas, made in Mexico, es que hoy este destino cuenta con un Centro de Convenciones con más de diez mil metros cuadrados de construcción, internet, cocinas capaces de servir miles de platos al mismo tiempo, pero carece de una oficina eficiente de comercialización.
Las OVC concentran la oferta de convenciones, hospedaje, comida, transportes, promoción y son el contacto para vender un destino.
Sin embargo, en Mazatlán todos estos productos son ofrecidos por distintas empresas o, en el mejor de los casos, por firmas integradoras de productos concretos.
Esta semana, y durante la reunión de la Professional Convention Management Association (PCMA), cuya presidenta es **Deborah Sexton**, la primera recomendación común e insistente fue crear una OVC en Mazatlán.
Se trata de una historia rebasada hace mucho tiempo en los principales destinos turísticos del país, pero aquí tiene connotaciones que causan preocupación entre algunos empresarios con una limitada visión de futuro.
El asunto medular tiene que ver con el uso de los recursos provenientes del impuesto al hospedaje, que hoy sigue reclamando la Asociación de Hoteles.
En Cancún, Puerto Vallarta o Riviera Nayarit, para mencionar algunos destinos clave en el segmento de sol y playa, el director de la OVC administra esos recursos de común acuerdo con las autoridades, los hoteleros y otros prestadores de servicios turísticos.
Dichos fondos se utilizan para la promoción, directa o indirecta, lo que va desde el trabajo publicitario hasta las alianzas con operadores mayoristas, aerolíneas y demás actores relevantes del turismo.
Así es que un hecho notable del encuentro de PCMA fue que el gobernador López Valdés haya instruido públicamente a **Oralia Rice**, su secretaria de Turismo, para que dé los pasos necesarios y funde la OVC de Mazatlán.
Él visualiza un consejo en el que participen hoteleros, transportistas, restauranteros, autoridades, directivos del centro de convenciones, en fin, todas las partes que hacen negocio con el turismo.
La medida, que ha probado su eficacia nacional e internacional, enfrentará resistencias entre quienes deciden hoy el fin de los recursos del impuesto al hospedaje.
Hacerlo de una forma institucional contribuirá a que este destino tenga una mejor posición competitiva.
El otro asunto relevante para Mazatlán es el fomento a las inversiones en cuartos de hoteles, de preferencia de cadenas internacionales, pues la conclusión de la supercarretera a Durango, en el primer trimestre de 2013, generará un flujo creciente de visitantes y hoy la oferta de hospedaje está concentrada en el segmento de los tiempos compartidos.