Después de la cuarentena obligatoria en Italia, el 17 de agostó zarpó el primer crucero en el Mediterráneo. El puerto de salida fue Génova y la nave fue MSC Grandiosa.
Antes de la partida todos los miembros de la tripulación y los pasajeros pasaron por un test de temperatura y se sometieron a pruebas de Covid-19.
Para preservar la distancia y el contacto mínimo, los huéspedes recibieron una pulsera de cortesía. La pulsera les permite realizar actividades sin contacto mientras están a bordo. Entre ellas se incluyen abrir sus camarotes o realizar pagos. Las pulseras también ayudarán a facilitar el rastreo de proximidad y contacto.
El crucero pasará por varios puntos del Mediterráneo, Empezó por Civitavecchia donde abordaron más huéspedes. Otro grupo se unirá en los puertos de Nápoles y Palermo. El barco luego hará escala en Valetta en Malta antes de regresar a Génova el domingo.
Como parte de las medidas preventivas de contagio, la capacidad del lugar se reducirá, las actividades se modificarán para grupos más pequeños y los invitados deben reservar con anticipación los servicios y actividades para administrar el número de gente.
Cuando no sea posible el distanciamiento social, los huéspedes deberán usar una mascarilla, por ejemplo, en los ascensores. Las mascarillas son proporcionadas por el crucero a diario. Los huéspedes deben recibirlas en sus camarotes y estarán disponibles en todo el barco.
Para las excursiones fuera del la embarcación, de acuerdo a un informe de MSC Cruceros, los pasajeros que estarán acompañados por un acompañante de la compañía.
Esto con el fin de garantizar que los viajeros sigan los protocolos de salud, uso de máscaras faciales y distanciamiento social durante sus visitas a lugares turísticos.
De momento, y para los próximos cruceros que zarpen en la temporada de verano, sólo está permitido que aborden personas de nacionalidades pertenecientes a los países de la región Schengen.
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