Nunca segundas partes fueron buenas, pero si en 2009 el turismo mexicano padeció una “Tormenta perfecta”; sólo no es momento para preparar las palomitas porque todos seremos actores de la segunda parte.
El problema, ni remotamente, es que se posponga seis meses el Tianguis Turístico México; sino los datos en la caída de las reservaciones y la falta de herramientas para comunicar a los principales mercados lo que realmente está pasando aquí.
Desde que la Secretaría de Turismo anunció el 28 de febrero que seguían los preparativos para el evento turístico más importante del año, era deseable que la decisión no estuviera en esa cancha sino en la de la Secretaría de Salud.
Fue la declaración de la pandemia del Covid-19 por parte de la Organización Mundial de la Salud, y una encuesta, lo que detonaron que Tianguis haya sido pospuesto al periodo del 19 al 22 de septiembre.
Como era de esperarse, los habitantes de Mérida no estaban contentos de recibir a varios miles de potenciales transmisores del virus y así lo supo el gobernador Mauricio Vila Dosal.
Aunque en la conferencia de prensa para anunciar el cambio de fecha, el gobernador subrayó el costo económico todavía no cuantificado; entendió que si el Tianguis se salía de control él se iría, junto con su prestigio, a acompañar a los gobernadores peor calificados de México.
Y cuando le preguntaron a Miguel Torruco, titular de Turismo federal, cuál será la estrategia de contención de esta crisis, respondió que Sectur emitirá un comunicado en inglés para anunciar el cambio de fecha.
Tampoco mostró tener en el radar la preocupación, fundada o no, de que no son congruentes las cifras mexicanas reportadas hasta ahora respecto al nuevo coronavirus, como han planteado algunos medios de Estados Unidos.
Y cuando le pasó la “bola” a Luis Barrios, presidente de City Express y líder de la comisión de Contención de Crisis del Consejo de la Diplomacia Turística; su respuesta fue que son asesores no ejecutores y que la próxima semana discutiría con Sectur la posibilidad de que le aprobaran un presupuesto.
Braulio Arsuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), dijo que hasta el miércoles había una baja de 20% en las reservaciones anticipadas respecto al año previo.
Dato duro que ya anticipa lo que le viene al turismo, una tormenta que será más intensa si no se actúa estratégicamente.
Divisadero
Grupo Xcaret. Carlos Constandse, socio fundador de esta reconocida empresa, anunció que siguen los planes para terminar un nuevo parque de mil millones de pesos en Yucatán y un hotel boutique en la Riviera Maya de 63 habitaciones con una inversión de 63 millones de dólares.
Pero también se preguntó cómo habrá que jugarla para preservar los empleos de los ocho mil 500 colaboradores del grupo, si los parques y hoteles se vacían por el nuevo coronavirus.
Con el huracán Wilma, recordó, bajaron temporalmente los sueldos y con los recursos de los seguros los propios empleados se encargaron de la reconstrucción; un panorama muy distinto al de parques que estarán funcionando, pero sin gente.
