En 2020, las aerolíneas a nivel mundial tuvieron pérdidas masivas por el impacto de la crisis del covid-19, y para este año, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) prevé pérdidas netas por 47.7 mil millones de dólares. En un escenario típico, una crisis de esta magnitud habría derivado ya en la quiebra y cese de operaciones de múltiples empresas, sin embargo, esto no ha ocurrido a gran escala, debido al apoyo que los gobiernos han brindado a la industria.
Gobiernos alrededor del mundo han entregado cerca de 227 mil millones de dólares en apoyo a las aerolíneas, lo que ha servido de colchón para enfrentar la multimillonaria quema diaria de efectivo. Sin embargo, el costo de esto ha sido un incremento masivo en su deuda, señaló IATA.
De acuerdo con el más reciente informe de IATA, la deuda de las aerolíneas en 2019 era de 430 mil millones de dólares, y ésta se incrementó 220 mil millones, hasta colocarse en los 651 mil millones durante el año pasado.
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“El apalancamiento excepcional de deuda sobre los niveles de efectivo dará forma a la recuperación de las aerolíneas en los próximos años, las cuales se verán forzadas a reunir más capital, si pueden, o usar los flujos libres de efectivo para desapalancarse”, indicó la asociación.
Como consecuencia de esto, las aerolíneas tendrán poca flexiblidad para invertir en flota, innovación o repago a inversionistas.
Para que las aerolíneas detengan la quema diaria de efectivo y puedan adoptar una posición donde los flujos de efectivo sean positivos, reduciendo así los niveles de apalancamiento. Es necesario que los ingresos de pasajeros internacionales comiencen a recuperarse, ya que estos generaban hasta dos tercios de los ingresos totales en el mercado prepandémico, indicó la IATA.
El problema es que la industria aérea no prevé que haya números positivos durante la primera mitad de este año, y únicamente espera que algunos mercados internacionales comiencen a abrir a partir de julio. Un equilibrio entre las pérdidas y los ingresos sólo se daría hasta 2022, si no ocurre nada imprevisto que retrase las campañas de vacunación y haga que los gobiernos cierren nuevamente sus fronteras, indicó la IATA.