Para incrementar sus ingresos y en un acto de justicia, los viajeros británicos opinan que su país también debe cobrar un impuesto sobre el turismo para los visitantes extranjeros, como lo hacen otras naciones.
En el marco de la edición 39 del World Travel Market que se realiza en Londres, Paul Nelson, directivo del evento, dijo: “puede parecer molesto que los turistas británicos tengan que pagar extra por un impuesto al turismo cuando están en el extranjero, sin embargo, no hay impuestos similares aquí en el Reino Unido. Tal impuesto podría aumentar cientos de millones de libras al año, lo que podría invertirse nuevamente en la infraestructura del Reino Unido”.
Los hoteleros y los tour operadores están en contra de un impuesto de este tipo, explican que los turistas ya pagan IVA del 20% y el impuesto a los pasajeros aéreos (APD), que son notablemente más altos en ese país que en otros lugares.
De acuerdo con el organismo comercial UKHospitality, el sector hotelero emplea a 2.9 millones de personas y representa el 10% del empleo en el Reino Unido, el 6% de las empresas y el 5% del PIB.
En tanto, UKinbound, que representa el comercio de turismo receptivo, informó que los visitantes extranjeros contribuyeron con 24.5 mil millones de libras a la economía en 2017.
La industria turística del Reino Unido es la quinta mayor fuente de ingresos de su economía nacional,
“Un impuesto al turismo puede parecer una solución para un problema en particular, pero al mirar el panorama más amplio, la industria de viajes y hospitalidad diría que parece prudente no matar al ganso que pone el huevo dorado”, dijo el presidente de UKinbound.
Muchos países que son populares entre los turistas del Reino Unido cobran tarifas a los visitantes, incluidos España, Italia, Francia y los Estados Unidos.
En una encuesta aplicada a más de mil turistas del Reino Unido, más de la mitad, el 57%, no cree que los viajeros deben pagar tales impuestos. Sin embargo, cuando se le preguntó si el Reino Unido debía seguir su ejemplo, casi la mitad, el 45%, estuvo de acuerdo en que se debe imponer un impuesto al turismo a los 40 millones de visitantes anuales que llegan a las Islas Británicas.
El número de noches de visitantes extranjeros en el Reino Unido durante 2017 alcanzó los 285 millones, por lo que una tasa de dos libras esterlinas por noche podría recaudar 570 millones de libras, que podrían utilizarse para la comercialización del turismo, mejorar la infraestructura y abordar el turismo excesivo.