Si desde la estrategia política Marcelo Ebrard, titular de Relaciones Exteriores, movió bien sus cartas dándole un año el control del Consejo de la Diplomacia Turística (CDT) a la Secretaría de Turismo; esta decisión está teniendo un alto costo para el sector de los viajes.
Hoy es indispensable una contención profesional de la crisis provocada por el nuevo coronavirus y Sectur no sólo carece de fondos, sino que se ha retrasado en implementar medidas que podrían plantear alguna salida.
El miércoles pasado Miguel Torruco, titular de Sectur, le pidió a Luis Barrios que como presidente de la Comisión de Crisis (CC) del CDT compartiera sus planes.
Barrios respondió que el CC era un órgano asesor, no ejecutor, y que estaba pendiente una reunión con Sectur para saber si les otorgarían recursos para llevar adelante ese trabajo.
Días antes por lo menos un empresario turístico ya había levantado la mano para hacer una aportación para contener la crisis, pero increíblemente no hay una vía legal válida para hacerlo.
El CDT carece de personalidad jurídica propia y, por tanto, no puede recibir ni recursos federales ni aportaciones particulares.
Fue Daniel Chávez, presidente de Grupo Vidanta, quien ofreció al Comité de Financiamiento del CDT, que encabeza Jean Paul Pelletier, donar un capital semilla de un millón de pesos para que otros empresarios lo siguieran y fondear el manejo de crisis.
De hecho ya hay un reconocimiento oficial a la problemática que están planteando las noticias falsas y el viernes pasado el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, desmintió aquella historia de que el gobierno federal estaba ocultando las cifras del Covid-19.
Dijo también que estaban preparando una campaña de comunicación que correría en tiempos oficiales y que se darían entrevistas en el sistema de radio pública.
Todo sirve, pero donde también es fundamental comunicar lo que está pasando a la industria turística y a los mercados emisores de viajeros hacia México.
Hay que recordar crisis pasadas provocadas por desastres naturales o problemas de seguridad; allí los voceros del gobierno federal iban a las televisoras estadounidenses y canadienses a rebatir las noticias falsas y había canales de comunicación abiertos para contrarrestar los rumores.
Hoy ese trabajo ya lo están haciendo destinos como Quintana Roo, que precisamente contrató a la agencia que había hecho aquellos trabajos; mientras que Los Cabos organizó un sistema de atención a las dudas de sus socios comerciales.
El problema verdadero es para los destinos de menor tamaño que no tienen ni los recursos ni la experiencia e incluso para algunos como Puerto Vallarta, que hoy está cambiando su modelo de promoción turística.
Francisco Madrid y José Ángel Díaz Rebollar, de la Universidad Anáhuac, liberaron el viernes un análisis sobre Coronavirus y Turismo en donde puntualmente señalan:
“A fin de minimizar las afectaciones es indispensable” (…) que se articule un plan emergente de apoyo al turismo con dos prioridades:
“La gestión de la crisis… y acompañar el camino de la recuperación”.
Mientras el gobierno federal está entrampado en enredos burocráticos, desconocimiento y falta de interés por el turismo.