Holbox es una isla con apenas 40 kilómetros de largo y dos de ancho que se encuentra al norte de Quintana Roo, enclavada en la Reserva Ecológico Yum Balam, un Área de Protección de la flora y fauna.
El destino cuenta con hermosas playas de suave oleaje y poca profundidad; con pequeños hoteles y casas de madera coloridas; calles de arena para recorrer a pie o en bicicleta, lo que lo convierte en un pequeño paraíso ecológico y de tranquilidad.
Para llegar a esta isla del Caribe mexicano hay que por carretera desde Cancún al puerto de Chuiquilá que está a unas dos horas del municipio, para utilizar unas lanchas o el ferry que llegan a Holbox en apenas 20 minutos.
Antes de partir a Holbox, no te olvides de visitar el pequeño poblado costero que tiene apenas unos cuantos restaurantes, pequeños establecimientos para hospedarte y una gasolinera.
En Holbox se puede disfrutar de un magnífico clima y una gran gastronomía, donde los mariscos y la pesca del día son la base de esta cocina. Pero su especialidad sin duda es la pizza de langosta, junto a los platillos mayas y hasta internacionales.
O si lo prefieres, algunos hoteles cuentan con restaurantes y excelentes vistas del Caribe. Asimismo, se pueden practicar diferentes actividades acuáticas como kitesurfing, windsurfing, paddle board, kayak, esnórquel y pesca con mosca.
En ciertas temporadas como la de mayo a septiembre, se puede realizar observación del tiburón ballena y el fenómeno de la bioluminiscencia en sus playas que se encienden en las noches con tonos turquesas.
De igual forma, Holbox cuenta con una gran variedad de fauna y flora, donde destacan algunas aves como el flamingo rosa entre los meses de abril y octubre.
O bien, se puede visitar la Isla Pájaros en la Laguna Yalahau para admirar pelícanos, fragatas, ibis blancos, patos, garzas y cigüeñas. En la Laguna que está rodeada de manglares, cuenta la leyenda que sus aguas poseen propiedades medicinales, pues se le conoce como “la fuente de la eterna juventud”.
Para hacer pesca o snorkel, está Cabo Catoche; el Corchal y sus árboles de corcho para ver pumas, venados jabalíes y monos; para cerrar la visita en la Reserva Nativa con el kayak y el recorrido por el meliponario.