Nada más faltaron los golpes para que el Foro sobre la propuesta de abrir el dorado a la pesca comercial, que se realizó ayer en la Cámara de Diputados, concluyera en un zafarrancho.
Quienes defienden con argumentos que esta especie siga estando restringida a la pesca deportiva, llegaron organizados y con argumentos estructurados.
El grupo más numeroso fue el de Baja California Sur, con Luis Araiza, el secretario de Turismo y presidente de la Unión de Secretarios Estatales de Turismo (Asetur), a la cabeza.
Pero también hubo empresarios, pescadores y especialistas de otros estados como Jalisco, Nayarit y hasta de Colima, de donde es la diputada Claudia Yáñez Centeno, autora de la iniciativa que hoy está en tela de juicio.
Los problemas comenzaron cuando los organizadores del Foro decidieron cambiar la orden del día, que daba espacio para presentar las distintas posturas, para meter a todos los participantes en una “tómbola”.
Decisión que no sólo era un despropósito, pues aparentemente dejaba a la “diosa fortuna”, tanto el orden como el número de participantes de uno y otro lado; sino que además creó la sensación de que atrás había “mano negra”.
Total que en otro salón los participantes que defienden la pesca deportiva, presentaron brevemente sus posturas e hicieron una conferencia de prensa.
Fue entonces cuando llegaron los dueños de la “tómbola” y aquello terminó entre empujones, gritos y palabras altisonantes; muy mal, para lo que debió haber sido una discusión de altura.
Divisadero
Cozumel. Esta isla paradisiaca siguió ayer convertida en el epicentro de los chismes y los rumores sobre el supuesto arribo del coronavirus a México.
Tal y como se publicó ayer aquí, se confirmó que en el barco venía un tripulante que había contraído la influenza tipo A y que además ya estaba en remisión; aunque después resultó que también venía una menor de edad con la misma enfermedad.
La presión de la sociedad ha sido tanta, que las muestras clínicas tuvieron que ser enviadas a un laboratorio certificado en Chetumal por lo que, hasta el cierre de la edición de este espacio, no se había dado la autorización.
El desembarco también estaba pendiente de lo que acordaran después el crucero y la empresa propietaria del muelle.
Dentro de todas las historias falsas que se escribieron sobre el tema, no faltaron quienes vieron hasta un enfrentamiento entre las autoridades del gobierno estatal de Carlos Joaquín, con las del gobierno municipal, que encabeza su sobrino Pedro Joaquín.
En realidad no hubo tal, pero también es verdad que Luis Alegre, presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados, intervino para solicitar el apoyo de Hugo López, el subsecretario de Salud responsable a nivel federal del asunto del coronavirus.
Su trabajo fue aclarar algunos protocolos y de ese diálogo derivó que para tener la mayor seguridad, no se permitiría el desembarco hasta tener los resultados del laboratorio certificado.
Esta experiencia de rumores desplazándose a toda prisa, debería llevar también a reflexionar sobre cómo comunicar desde la perspectiva del turismo, los nuevos eventos que sucedan en torno al coronavirus.