A Colima lo vigilan dos volcanes que desde lo alto son testigos de las bondades naturales y geográficas del estado. Al otro lado de esos guardianes de fuego y tierra el Pacífico rompe sus olas en las playas doradas. Colima es un crisol de experiencias y oportunidades que van desde paisajes montañosos y verdes hasta playas con el sol coronándose.
Una de esas playas es Manzanillo, considerada como Capital Mundial del Pez Vela. Además de ser hogar de dicho pez, es el principal puerto comercial del país que cuenta con una exquisita gastronomía y bahías idóneas para relajarse.
Por otro lado, Armería y Tecomán ofrecen a sus visitantes un espacio rodeado de palmeras y cocos. Ambos tienen a lo largo de su litoral costero una oferta amplia de actividades que incluyen deportes extremos como el surf, actividades relacionadas al turismo de aventura y, por supuesto, actividades culturales.
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Mientras tanto, la capital se abre como un espacio donde la arquitectura colonial y la calidez se juntan para dar la bienvenida. También en esta zona se encuentran varios centros arqueológicos y recintos culturales.
Al norte del estado se encuentra Comala, un sitio cuyas casas pintadas de blanco pueden disfrutarse al tiempo que se bebe una taza de café hecha por productores locales. No muy lejos del centro del lugar hay ríos y lagunas para pasar un rato entre la naturaleza.
Colima goza de una biodiversidad igual de amplia que su cultura. Cuenta con barrancas, grutas, ojos de agua y más. La parte cultural se ve en su gastronomía donde resaltan las bebidas como la tuba, el bate y el tejuino.
Ejemplo de esta mezcla tan interesante son los municipios de Ixtlahuacán y Cuauhtémoc. Por un lado, Ixtlahuacán resalta por sus grutas, ríos, flora y fauna. Cuenta además con varios nacientes de agua y cultura gastronómica que merecen la pena explorarse.
Por otro lado, Cuauhtémoc ofrece vistas de barrancas majestuosas, haciendas coloniales, caña, ron y fiestas tradicionales que forman parte de este sitio al norte de nuestro estado que, además, cuenta con un clima inmejorable.
Para cerrar la experiencia nada como Villa de Álvarez que es famosa por sus emblemáticos sopitos, un platillo típico. Además destaca La Petatera, plaza de toros que es Patrimonio Cultural de la Humanidad y cuenta con un hermoso jardín principal. Estos son solo algunos lugares de las muchas opciones de actividades que tiene este municipio.