En medio de la “fiebre” de las videoconferencias, hay muchas malas y otras muy buenas.
Una de estas últimas fue la que protagonizaron Gloria Guevara, presidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, en inglés); Gabriel Escarrer, CEO de Meliá, y Kike Sarasola, fundador de Room Mate.
Interesante descubrir, por lo que dijeron estos dos últimos empresarios, que el gobierno español tampoco le está haciendo caso al turismo y que además hay una disputa interna sobre cuándo reabrir los hoteles.
De hecho el Ministro del Trabajo habla de diciembre, lo que sería casi como darle un balazo al sector que representa 14% del Producto Interno Bruto de ese país.
Y la visión de Guevara, para quien la recuperación del turismo será asimétrica, dado que buena parte dependerá del apoyo que brinden los gobiernos.
Pero ya es un “rompecabezas” lo que Escarrer describió como la “nueva confianza sanitaria” y que todo indica será condición para que los viajeros regresen a hospedarse fuera de sus casas.
Al parecer hay apetito por viajar de nuevo, la periodista Carme Chaparro que moderó la discusión para la plataforma Thinking Heads, no sólo externó ese deseo personal, sino que los participantes digitales hablaron de lo mismo.
Pero ese regreso se dará en dos etapas, que serán antes y después de la vacuna.
Si como todo parece indicar dentro de un año comenzará a estar lista, habrá que generar condiciones para que antes la gente pueda regresar a los hoteles con un alto grado de seguridad de que estarán libres del nuevo coronavirus.
Y ello llevará no sólo a todas a esas medidas propuesta por cadenas, como Marriott, de usar sanitizantes para hospitales, protecciones de acrílico, geles virucidas y demás.
Los hoteleros españoles hablaron también de limitar el número máximo de usuarios en los elevadores; utilizar máquinas de ozono en los cuartos y establecer turnos escalonados para desayunar.
Lo cuál recuerda a un viaje que hice a Cuba hace unos años, pues en un hotel de muchos cuartos necesitabas ficha para el desayuno y había dos elevadores para dos personas cada uno, lo que obligaba a hacer cola para tomarlos.
Pero además Escarrer está hablando sobre la importancia de realizar pruebas masivas de Covid-19 a las personas, hasta el punto de que en archipiélagos turísticos españoles como las Islas Baleares y Canarias se alcance la categoría de Covidfree.
Lo que tendría un costo enorme y sucedería en una economía española y global severamente lastimadas y con el grueso del hospedaje diseñado para el turismo masivo.
A todos los niveles esto afectará las expectativas de rentabilidad de las empresas y cuando Escarrer dijo que las plataformas digitales, como Airbnb, no podrán garantizar la nueva “confianza sanitaria”; Sarasola por poco salta de su asiento, en algún lugar de Colombia, donde estaba conectado.
Como su compañía también renta departamentos y casas dijo que por supuesto que cumplirían; pero habrá que ver cuántos viajeros estarán dispuestos a hospedarse en un lugar, donde los gérmenes también pudieran ser “compañeros de cuarto”.