El miércoles por la tarde, la “aplanadora” bermellón de Morena le pasó encima al Consejo de Promoción Turística de México (CPTM) y, además, martilló el último clavo de su ataúd.
El presidente de la Comisión de Turismo, el perredista Antonio García Conejo, ni las manos metió; después de que se había ufanado de haber detenido el dictamen respectivo, cuando sólo fue una pausa en medio del caos que generó la Reforma Educativa.
Los legisladores de la oposición defendieron al CPTM, la votación final fue de 63 votos a favor, 43 en contra y cinco abstenciones; pero ni siquiera ellos ofrecieron una versión articulada sobre la profundidad de la promoción turística.
De nada sirvió el argumento del perredista Miguel Mancera, quien se refirió a la falta de atribuciones legales del Congreso para tomar una decisión que le corresponde al Ejecutivo; mientras que la priísta Claudia Edith Anaya, incluso dijo que el turismo representaba 6% del PIB y no 8.8%, como es la cifra correcta.
Dos senadores de Morena representantes de Quintana Roo y Baja California Sur, José Luis Pech y Lucía Trasviña, repitieron las críticas de la corrupción y el beneficio a los grandes empresarios para desaparecerlo y sostuvieron que mejorar las condiciones de vida de los habitantes de los destinos turísticos también es promoción.
Nunca hubo argumentos técnicos sobre la relevancia de estar presentes en las grandes plataformas digitales del mundo; de la urgencia de incorporar el Fintech al turismo para seguir compitiendo con los líderes; de contar con una estrategia de crisis cuando surjan problemas que sí pueden hundir al turismo o de impulsar la imagen de México.
Quizá la única que vio adelante, aunque también resultó “bateada”, fue Mayuli Martínez Simón, legisladora panista de Quintana Roo, quien pidió un transitorio para que en 90 días el gobierno federal presente cómo sustituirá al CPTM.
Coincidentemente el mismo miércoles Marcelo Ebrard y Miguel Torruco, titulares de Relaciones Exteriores y Turismo del gobierno federal, se reunieron con Ignacio Cabrera, director general de Promoción Turística Internacional de la Cancillería para ver el proyecto del Consejo de Diplomacia Turística.
El acuerdo fue que después del viaje que hará Ebrard a Japón y China, más o menos la segunda semana de julio, ya habrá una fecha para la instalación de dicho Consejo en el que también participará la iniciativa privada.
Ebrard ha identificado fondos y créditos para el Consejo, que también buscará hacer vía la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid).
Además, se analiza una negociación con Hacienda, para aumentar el Derecho de No Residente y para grabar con un derecho a los cruceristas, como dos fuentes de recursos para la promoción.
Finalmente, el 9 de julio, Ebrard ya tiene agendado un encuentro con el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), que preside Pablo Azcárraga.
Así es que, probablemente, en 90 días sí habrá un plan para reemplazar la promoción turística, pero en el mejor de los casos podría comenzar a ser ejecutado en algún momento de 2020.
