Cerca de mil 282 millones de dólares, se perderían el próximo año en materia turística de aprobarse la reforma Hacendaria y fiscal, propuesta por el presidente de la República Enrique Peña Nieto, afirmó Francisco Madrid, director de la Escuela de Turismo de la Universidad Anáhuac.
Al presentar el estudio “Posibles efectos de la reforma fiscal en el turismo”, elaborado por la Escuela de Turismo y el Centro Anáhuac de Investigación en Turismo, agregó que lo anterior representa casi un punto porcentual del Producto Interno Bruto (PIB) turístico, el cual genera 7.5 por ciento, en valores corrientes.
Explicó que el cálculo de pérdidas sólo toma en cuenta dos puntos de la iniciativa: la reducción por la homologación del IVA en zonas fronterizas (incluyendo Cancún y Los Cabos), y el aumento de 32 por ciento del ISR a los ingresos mayores de 40 mil pesos.
En el caso del IVA, detalló, se provocaría una caída de 592 millones de dólares en la captación de recursos por turismo, mientras que el aumento del ISR disminuiría el consumo turístico en más de 690 millones de dólares.
Estas cifras, adivirtió, sin tomar en cuenta la eliminación de la tasa cero del IVA en congresos y convenciones y de la deducibilidad en restaurantes.
Otras de las disposiciones que afectan a la industria son: desaparición del beneficio del costo estimado para tiempos compartidos; impuesto especial a combustibles fósiles, IVA al transporte foráneo e impuesto de pagos adelantados a ventas en abonos. Además, las zonas turísticas que más afectadas se verán, de ser aprobadas las nuevas dispociciónes son Los Cabos y Rosarito, Baja California y Cancún, Quintan Roo
Destacó que el turismo de internación en México, esta concentrado en 92.2 por ciento en la vía aérea, de esa vía aérea, el 55.5 llega tres aeropuertos: Cancún, Los Cabos y Cozumel, que son aeropuertos cuyos destinos se verían directamente afectados.
El especialista indicó que esta baja se dará debido a que los precios de los destinos aumentarán, se perderá competitividad y habrá un menor consumo de los turistas extranjeros.
Dijo que lo ideal sería ampliar la base fiscal y repensar los esquemas de regímenes diferenciados, que podrían ajustarse gradualmente, con menos repercusiones negativas para la industria general y, en particular para la turística.
