Hay lugares donde el crecimiento del turismo es percibido negativamente, en particular los destinos turísticos populares, los cuales necesitan entender su situación e identificar prematuramente las señales de alerta.
El fenómeno del “overcrowding”, también llamado “sobreturismo” o “turismofobia”, en los destinos turísticos es un problema complejo que varía de destino a destino y requiere una planificación a largo plazo con todos los actores para solucionarlo. Una buena gestión integral es crucial para todos los destinos turísticos y sólo puede ser realizada si se basan en datos exhaustivos.
Cada destino tiene un conjunto específico de problemas y retos, pero el factor común es que lo que se necesita es una planificación a largo plazo y no reacciones coyunturales a corto plazo.
Lo anterior resultó del estudio realizado por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés) y McKinsey & Company, denominado “Hacer frente al éxito: Gestión del “overcrowding” en destinos turísticos”.
Este análisis intenta ver más allá del enfoque puramente mediático sobre el tema y entender la naturaleza del problema de primera mano, identificando soluciones específicas.
El informe destacó cinco tipos de problemas: la alienación de los residentes locales, la infraestructura congestionada, la disminución de la experiencia turística, el daño a los recursos naturales y la amenaza al patrimonio cultural.
El segundo es la Identificación de prácticas que van desde repartir a los visitantes a lo largo del tiempo y por diferentes áreas, además de ajustar los precios para equilibrar la oferta y demanda, regular el alojamiento y limitar el acceso y las actividades.
Además de desarrolla un sistema para ayudar a los destinos a comprender sus situaciones específicas y alertarlos a tiempo. Con este sistema, los destinos pueden usar la información que ya tienen para tomar acciones apropiadas. El informe pone el enfoque en 68 ciudades y crea un resumen y un mapa de calor para controlar el riesgo de “overcrowding”.
Se basa en un análisis de datos turísticos, así como en la investigación de destinos específicos y docenas de entrevistas con los operadores turísticos, autoridades, proveedores de servicios de alojamiento, aerolíneas, organizaciones no gubernamentales (ONGs), universidades y centros de estudio.
El WTTC concluye que los gestores del turismo deben trabajar con todos los actores, públicos y privados, para desarrollar un plan coherente y crear y gestionar el crecimiento del turismo que ponga a las personas y comunidades en el centro, que tenga un enfoque a largo plazo y basado en hechos, y cuyos resultados no sólo impacten de manera positiva para quienes alojan a turistas, sino también que generen experiencias que mejoran la vida de millones de personas cada año.
“El turismo es una fuerza de bien. Crea empleos y crecimiento económico. En 2017, el turismo contribuirá con cerca de 7.9 mil millones de dólares a la economía global. En un mundo cada vez más próspero, mil millones nuevos de personas formarán parte de la clase media mundial para el año 2030. Viajar será cada vez más accesible y nuestro sector continuará creciendo. Algunos lugares captarán una parte significativa del turismo y podrán verse amenazados por su propia popularidad en términos ambientales, sociales o estéticos”, aseveró Gloria Guevara, presidenta y CEO de WTTC.