Por Víctor Cisneros y Lucero Santiago
Alberto Serrano, deportista de alto rendimiento Jiu-jitsu brasileño, recorre el mundo en busca de un lugar en el podio y es hoy uno de los afectados por la crisis provocada por Covid-19 en el ámbito deportivo.
En febrero su lugar en el medallero se vio interrumpido ante la propagación del virus en Corea del Sur, país en donde tenía una competencia y se canceló. Un mes más tarde en Europa se quedó sin espectadores. Y en abril, el torneo más importante para él, World Pro en Abu Dhabi, se pospuso de la misma manera que el Tokyo Open. Hoy su contienda está detenida en casa.
“Perdí bastante dinero que había invertido en hacer el viaje a Corea del Sur (…) y todas mis competencias están en pausa hasta que esto se pueda arreglar”, cuenta Serrano.
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La pandemia de Covid-19 causó grandes afectaciones al turismo deportivo y de aventura, que lo mantiene en pausa.
“Se perdieron dos de las tres temporadas importantes a causa del coronavirus: Semana Santa y verano. Esperamos que invierno se pueda rescatar en lo que se recupera la actividad turística en México y el mundo”, dice en entrevista Antonio del Rosal, coordinador general de la Feria de Turismo de Aventura (Atmex).
Como director general de la agencia Experiencias Genuinas, indica que el turismo de aventura es particularmente dañado por el Covid-19, pues muchos de los turistas cancelaron sus planes para verano y algunos están en duda de mantener sus reservaciones de fin de año.
“No hay apoyo federal o de otro tipo para empresas de turismo deportivo o de aventura, todo está enfocado a Pymes, ni a nivel estatal existe este apoyo”, asegura.
Comenta que, de seguir así, muchas agencias que se dedican a este tipo de turismo podrían cerrar definitivamente por falta de ingresos.
El impacto al turismo deportivo y de aventura en México
El turista de aventura deja el doble de gasto promedio en el país en comparación con uno de sol y playa, informa Antonio, que ronda los 300 dólares por día, mientras que los de playa dejan 150 dólares por estancia que por lo general consta de 3 días.
Alrededor de 80 por ciento de los turistas de aventura y deporte en México son nacionales, y sólo 20 por ciento son internacionales, de ahí la importancia para la reactivación post-covid del sector.
Asimismo, 85 por ciento del gasto total de los viajeros de aventura se queda en el lugar donde se realizan las actividades (ya sean poblados o ciudades), a diferencia de los turistas de sol y playa que su gasto queda en las cadenas de hoteles internacionales y sólo el 20 por ciento de esos recursos se queda en México, y el resto va a los países donde se ubica la matriz de dicha empresa.
Por su parte, José Luis Sosa, presidente del Consejo Mexicano de Turismo Deportivo (Cometud), indica que el daño económico a la industria del turismo deportivo es incuantificable, si bien hay cálculos de cuánto perderá la Liga MX, la española, la NBA o la F1, hay miles de pequeños de eventos que se perdieron y no hay registros.
“Carreras en Pueblos Mágicos, competencias de kayak, de pesca, torneos de golf, rallys y otras carreras a nivel local que no se tienen contempladas en los programas del Cometud o en los análisis, que generan importante derrama económica”, apunta Sosa.
Tokio 2020 y los deportistas
“La cancelación de los Juegos Olímpicos de Tokio hasta 2021, es tal vez la afectación más grande que se anunció, pero también los pequeños tour operadores de este segmento de turismo deportivo se vieron afectados y tuvieron que cancelarse cientos o tal vez miles de certámenes”, comenta Sosa.
Pero no sólo las empresas se ven afectados por la pandemia, atletas como Alberto Serrano dice que jamás pensó que el Covid-19 iba a paralizar al mundo.
“Es un golpe muy duro para ellos, para los atletas de un deporte Olímpico este es el máximo escenario que existe, es muy difícil ganarse un lugar como representante y después de cuatro años de trabajo que llegue un agente externo y que lo cambie todo es terrible”, detalla.
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Serrano entrena en casa debido a la cuarentena, prevé que su rendimiento baje porque el nivel que le exige no es equiparable al que realizaba diariamente en el centro deportivo al que pertenece. La parte positiva es que desea volver a las contiendas.
“En el momento que se reactiven las competencias me voy a subir a un avión para ir a competir”, afirma.