Por primera vez en la historia se realizarán una serie de vuelos con bioturbosina que pasarán por cuatro puntos de diferentes destinos del continente americano hasta llegar a Río de Janeiro, Brasil, en donde se llevará a cabo la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sustentable, también conocida como Río+20.
Los vuelos serán históricos porque se enlazarán en cuatro fases de enlace interconectados entre Montreal-Toronto, Toronto-Ciudad de México, Ciudad de México-Sao Paulo y Sao Paulo-Río de Janeiro. Las aerolíneas participantes serán Porter Airlines, Air Canada y Gol, comentó en videoconferencia Roberto Kohbe, presidente de la Organización de Aviación Civil Internacional.
En el caso de México será Aeroméxico, en coordinación con Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) (encargados de suministrar la bioturbosina), quienes realizarán este tercer tramo de vuelos hacia Río de Janeiro, todos efectuados con biocombustibles sustentables de aviación.
Este vuelo se realizará en un Boeing 777-200 cargado con 27 mil litros de biocombustible compuesto por 50% de turbosina derivada del petróleo y 50% de bio-keroseno parafínico sintetizado, el cual se deriva en un 88% de aceite usado de cocina, 10% de camelina y 2% de jatropha mexicana, y que transportará a Raymond Benjamin, secretario general de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), quien estará acompañado por una delegación mexicana de integrantes de ASA y Aeroméxico, hacia el país del sur.
“La iniciativa es histórica, representa la primera ocasión en que los destinos fabricantes de aviones, productores de biocombustibles, operadores aéreos y organizaciones internacionales unen sus esfuerzos en un fin común, de tal manera que se muestre a la comunidad internacional el serio compromiso de la industria en torno a un crecimiento responsable que coadyuve al combate del cambio climático”, dijo Gilberto López Meyer, director general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) durante la conferencia de prensa efectuada el día de hoy en las oficinas de CIIASA del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Por su parte, Abraham Zamora, director ejecutivo de asuntos corporativos e industria de Aeroméxico, mencionó que este esfuerzo se une a los que la aerolínea ya ha realizado en su afán por ser una empresa socialmente responsable en el uso de hidrocarburos de origen biológico suministrados por ASA (en 2011 inició su programa de vuelo verde en la ruta México-Costa Rica y también realizó ya un vuelo trasatlántico en la ruta México-Madrid).
Además, dijo, el uso de la bioturbosina previene la emisión de hasta 25.5 toneladas de bióxido de carbono (CO2). Y el uso de aceite usado de cocina tiene un doble efecto para el medio ambiente: minimizar las emisiones de CO2 y evitar que se vaya a los mantos acuíferos. Así también, agregó Gilberto, es una de las alternativas básicas para reducir hasta en un 80% la emisión de gases de efecto invernadero.
El uso de biocombustible irá creciendo en la manera en que haya disponibilidad del mismo, lo que en la actualidad representa “el cuello de botella” de la industria y, por lo pronto, quienes suministran estas cantidades son los grandes productores como restaurantes o cadenas industriales. “Esta es una industria que está e irá creciendo en la medida en que se vaya ampliando la base de producción”, agregó López Meyer.
La producción de la materia prima en la actualidad es mucho menor que la que se necesita, debido a esto, comentó, es que los costos del biocombustible son todavía mucho más altos que los del fósil.
Sin embargo, México es uno de los países líderes en el desarrollo y promoción de biocombustible en el mundo y que evoluciona muy rápido, con lo cual, no se descarta en el futuro que los costos se equilibren con el desarrollo entre la demanda y producción, dijeron los ponentes.
Los vuelos en la ruta entrelazada desde Montreal hasta Canadá, reducirán en un 20% las emisiones de CO2, y este es el mensaje que se enviará al mundo en la conferencia de Río, además de que México es líder en la materia, comentó Michel Vreedenburgh, director regional adjunto de OACI.
Así también se agregó que no habrá cambio en los costos de los boletos de avión, ya que los absorberá la aerolínea cuando comiencen a abrirse al público.