Hoy en día, varios turistas usan este tipo de boleto para viajar, y es que se ha vuelto común su reventa. El pasaje obsequiado cuesta entre mil 200 y cuatro mil 500 pesos según los impuestos a pagar en destinos nacionales o internacionales, en cambio su reventa varía entre los siete mil a 11 mil pesos.
Aunque la compra es ilegal, esta venta favorece a los empleados con un dinero extra y a los viajeros, que consiguen un pasaje nominal muy barato de ida y vuelta abierto durante un año, pues un boleto con asiento asignado y las mismas condiciones cuesta arriba de los 20 mil pesos a un destino trasatlántico.
**Cuándo abordar**
De acuerdo al viajero Alonso Gordoa, quien ha utilizado este tipo de boleto durante varias ocasiones, comenta que la mayoría de los casos quienes venden el boleto no avisan del riesgo que conlleva viajar con un boleto sujeto a espacio.
“Se sabe que sólo se puede volar cuando existe un asiento libre, lo que se desconoce es si los boletos están sobrevendidos y no es posible abordar; por ello, es mejor no usarlos en temporada alta”, resaltó.
Según información de Aeroméxico, se le conoce como temporada alta a los meses de julio y agosto, puentes y periodos vacacionales como Navidad o Semana Santa, donde los vuelos casi siempre están agotados.
Las compañías tienen derecho a vender el 10 por ciento más de las plazas que tiene el avión para asegurar los beneficios, con lo cual en esas fechas es casi imposible volar sujeto a disponibilidad.
Desde México los vuelos más problemáticos son hacia los aeropuertos de Madrid, Barcelona y París, donde se acumulan viajeros de todas las edades y tipos. Aunque el viajero más frecuente con este tipo de billetes son jóvenes.
Entre las recomendaciones, hay que hablar a la aerolínea para dar aviso del vuelo a viajar y solicitar su estado. Además, es importante llegar con varias horas de antelación al aeropuerto para anotarse en la lista de espera, de preferencia en la madrugada para ganar lugar y viajar en temporada baja, ya que es más sencillo subir al avión.
Los boletos se dividen en dos categorías, si el billete lo emitió un piloto, pasa por delante de cualquier otro expedido por una azafata o el personal de tierra.
Además, algunas de las aerolíneas cuentan con páginas con una sección para compartir las listas de espera en los distintos aeropuertos para los viajeros que tienen boletos sujetos a espacio.
**Billete sujeto a humillación**
Alonso Gordoa fue uno de los muchos viajeros con boleto sujeto a espacio, que estuvieron viviendo en el aeropuerto de Charles de Gaulle en París, y es que el viaje lo realizó en la temporada vacacional invernal pasada.
“Durante una semana estuve intentando volar, pero tras el atentado que hubo en París y el regreso a clases en el mes pasado, fue complicado abordar; una lista de espera de 38 personas estaban antes que yo”, explicó Alonso.
Comentó que tuvo que ir todos los días al aeropuerto a apuntarse en la lista de viajeros con boleto sujeto a espacio para no perder su lugar, y es que dice que de no asistir un día se pierde el derecho del lugar y éste pasa al final de la lista. Asimismo, una hora y media antes del vuelo se anuncia si hay plazas.
Entre sus quejas, resalta el maltrato de los trabajadores de las empresas que ponen malas caras, no dan información veraz sobre el estado del vuelo y no se responsabilizan de la situación, y es que hay que firmar un papel donde se exonera a la empresa de cualquier responsabilidad por este tipo de boletos.
Por ello, los viajeros pernoctan en el aeropuerto para ser los primeros en apuntarse, y por lo tanto los primeros en volar cuando haya plazas.
Además, tras el paso de los días es común que los turistas agoten el dinero destinado para su viaje y sólo tengan opción de dormir en alguna banca o el piso.
Otra de las incomodidades es comer, pues los precios del aeropuerto son altísimos y la comida mala. Una vez allí la vida recuerda a la película La Terminal, de Steven Spielberg.
