El verano 2025 se perfila como una temporada marcada por transformaciones en los hábitos y preferencias de los viajeros. Con el aumento de los costos y una creciente conciencia sobre el bienestar y la sostenibilidad, los turistas están priorizando experiencias auténticas, climas más agradables y destinos menos convencionales, sin dejar de lado las grandes capitales del turismo mundial.
Los destinos más buscados
Estados Unidos sigue siendo el destino más popular entre los viajeros internacionales este verano. Su diversidad de paisajes, ciudades icónicas y facilidad de acceso lo mantienen en la cima de las preferencias. Sin embargo, el dato más interesante es el ascenso de Canadá al segundo lugar de la lista, consolidándose como una alternativa fresca, segura y culturalmente rica, ideal para quienes buscan naturaleza sin renunciar a las comodidades urbanas.
Europa sigue siendo un imán para el turismo: Italia, Reino Unido y Francia completan el top cinco de destinos más visitados. El encanto mediterráneo, la herencia histórica y la oferta gastronómica continúan atrayendo a millones de viajeros. Aunque no sorprende que estos países sigan dominando, sí lo hace el notable crecimiento en popularidad de algunos destinos emergentes dentro del continente.
“Coolcations”: el atractivo de los climas templados
Una de las tendencias que ha ganado fuerza en 2025 es la búsqueda de vacaciones en climas más frescos, conocidas como coolcations. Con las olas de calor más frecuentes y prolongadas en muchas partes del mundo, cada vez más turistas están priorizando el confort térmico a la hora de elegir su próximo destino. Países como Irlanda, Escocia y Finlandia han visto un aumento considerable en reservas, gracias a sus temperaturas moderadas, paisajes verdes y tranquilidad.
Esta preferencia no solo refleja una necesidad de escapar del calor, sino también un deseo de encontrar lugares que permitan reconectar con la naturaleza y alejarse del bullicio de las grandes ciudades.
El auge del “townsizing”: pequeños pueblos, grandes experiencias
Otro fenómeno que está redefiniendo el mapa turístico es el townsizing, particularmente impulsado por la Generación Z. En lugar de optar por metrópolis sobrecargadas, muchos viajeros jóvenes están eligiendo pueblos pequeños o ciudades secundarias que ofrecen una experiencia más relajada, auténtica y económica.
Ciudades como Old Saybrook en Connecticut, Mackinac Island en Michigan o la región de Cape Cod en Massachusetts se están convirtiendo en favoritos del verano. Estas localidades ofrecen historia, naturaleza, hospitalidad local y un ritmo de vida pausado que responde a la búsqueda de bienestar y conexión con la comunidad.
Economía en mente: viajar sin comprometer la experiencia
El costo promedio de los viajes de verano ha aumentado un 38% en comparación con años anteriores, lo cual está teniendo un impacto directo en las decisiones de los viajeros. Ante este panorama, muchos optan por destinos menos costosos pero igualmente enriquecedores. Polonia, Finlandia y Austria, por ejemplo, han experimentado un crecimiento en popularidad gracias a su excelente relación calidad-precio.
Estos destinos ofrecen paisajes impresionantes, riqueza cultural y servicios turísticos de alta calidad a un costo más accesible que otras naciones europeas más consolidadas. Para muchos, se trata de una forma inteligente de aprovechar al máximo su presupuesto sin sacrificar la experiencia.
Seguridad y planificación: claves para un verano exitoso
En este contexto de cambio, la planificación se vuelve más importante que nunca. Aunque la compañía Squaremouth solo se menciona brevemente en el informe, sus datos confirman un creciente interés por proteger las inversiones de viaje ante cualquier imprevisto. Los seguros de viaje se han convertido en una herramienta fundamental para quienes buscan tranquilidad en medio de la incertidumbre global.
El panorama para el verano 2025 es claro: los viajeros están evolucionando. Ya no se trata solo de ir lejos o gastar más, sino de elegir con inteligencia, conectarse con los destinos y priorizar el bienestar, la autenticidad y el valor. La industria turística deberá adaptarse a estas nuevas prioridades, porque el futuro del viaje ya no es solo una cuestión de destino, sino también de intención.