A partir del martes 6 de octubre, París volvió a cerrar bares y cafés debido que la ciudad entró de nuevo en alerta máxima sanitaria.
La medida abarcará al menos dos semanas con el fin de contener una nueva ola de infecciones por coronavirus.
A pesar de que los restaurantes sí tienen permiso de permanecer abiertos, incluso tras la declaración de la alerta, los cafés y bares, por ser considerados de alto riesgo, deberán cerrar de nuevo. Lo mismo sucede con los gimnasios.
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Las restricciones aplican también para las reuniones de más de diez personas. Se mantiene además la prohibición de los eventos con más de mil personas.
Los teatros, cines y museos permanecen abiertos, aunque con un número limitado de visitantes. La capital; sin embargo, depende en gran medida del turismo internacional que está vetado desde la primavera.
Ante la preocupación de los negocios afectados por el confinamiento de París, la alcaldesa de la ciudad aseguró que se tomarán “medidas” para evitar quiebras y despidos”; pero no precisó detalles o estrategias para frenarlo.
Anne Hidalgo, la alcaldesa, mencionó que espera que “la vida en la ciudad pueda continuar, económica, cultural y socialmente”. Actualmente, la capital ya está sufriendo masivamente la crisis del coronavirus.
