Dice Enrique Avilés, el director de comunicación social de la Secretaria de Turismo (Sectur), que en los años que lleva trabajando con Miguel Torruco ha aprendido que es imposible llevar su estrategia de redes sociales, mientras el funcionario “tenga un teléfono celular y 10 deditos”.
Pero en uno de los tuits más criticados que han salido en casi cinco años de su cuenta oficial de Sectur, no está claro si fue exclusivamente de su autoría y producto de su “creatividad”; porque incluso alguien se dio tiempo para producirlo poniendo dos fotos contiguas, una a color y otra en blanco y negro, de él y el mismo mesero que fueron tomadas con varias décadas de distancia.
El pasado 6 de junio, el funcionario generó su denostado tuit, con más de 805 mil vistas hasta el miércoles 7 en la noche y más de 460 comentarios, todos ellos negativos.
En él no sólo presumió haber conocido desde hace 40 años al mesero de Sectur Angel Zarazúa Reyes, sino que manifestó ser su “amigo” aunque éste humilde trabajador sigue percibiendo un sueldo de menos de 10,000 pesos al mes.
Todos los que alguna vez hemos sido invitados al comedor de Torruco en Sectur, también hemos escuchado la anécdota de que a Zarazúa le dijo hace cuatro décadas que un día él ocuparía la titularidad de la Secretaria de Turismo.
Desde entonces cada vez que regresaba a comer, pues siempre tuvo una relación a veces incluso de amistad y otras de conveniencia con esos ex secretarios de Turismo a los que ahora califica de “neoliberales” y mide con el mismo rasero de sus supuestos actos de corrupción, hacía un aparte con aquel mesero.
En aquellas comidas Zarazúa escuchaba a Torruco quien antes de despedirse se acercaba y le decía: “allí me guardas mi sillita” como si él pudiera tener alguna influencia en su futuro nombramiento como secretario.
El pronóstico de Torruco se cumplió, Zarazúa no fue despedido y le sigue sirviendo lo que éste puso de manifiesto en sus redes.
Pero a los cibernautas no les gustó que Torruco presumiera nuevamente su insulsa broma y que a su “amigo” ni siquiera le haya dado un empujón con el sueldo.