Sin freno el sobreturismo

 
Andrea Mendoza
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La semana pasada Ámsterdam, ciudad que por varios años ha puesto freno al turismo de masas, anunció que ya no permitiría la construcción de nuevos hoteles como medida para frenar el crecimiento en la llegada de turistas.



 

Anteriormente, la capital holandesa ya había tomado otras decisiones importantes para reducir el “sobreturismo”. El año pasado se implementaron restricciones a autobuses turísticos y tiendas para turistas, además de reducir la llegada de cruceros y prohibir el uso recreativo de marihuana en el famoso barrio rojo de la ciudad.

 

Mientras el sector turístico muestra signos de recuperación, con proyecciones de ONU Turismo que indican un rebote al 80% en el turismo mundial y 95% en las llegadas internacionales de turistas al cierre de 2023, se percibe una resistencia a buscar nuevos sitios turísticos.

 

La misma organización prevé que 50 millones de turistas internacionales adicionales viajen cada año hasta 2030, en su mayoría procedentes de Asia.

 

En la mesa del turismo de masas también se han puesto otros temas como la gentrificación y el crecimiento de rentas vacacionales por plataformas como Airbnb y Vrbo.

 

Apenas tres semanas atrás, la Ciudad de México, que había firmado un acuerdo de colaboración con Airbnb el año pasado, promulgó reformas a la Ley de Turismo local que buscan regular a las plataformas digitales que ofrecen servicios de alojamiento.

 

De acuerdo con Nathalie Desplas, secretaria de Turismo de la capital, el turismo representa el 9.1% del PIB de la Ciudad de México y el 18.74% de la economía turística nacional.

 

La ciudad recibió 2.2 millones de turistas en hoteles en el primer bimestre del año, además de un estimado de 3.4 millones que pernocta en casas de familiares, amigos o plataformas digitales.

 

Rocío Vázquez Landeta, certificada en Turismo Sustentable por el Global Sustainable Tourism Council, comentó en entrevista que es necesario entender la sostenibilidad del turismo desde una perspectiva social y medioambiental.

 

“Avanzar hacia un turismo más responsable requiere del respeto a la cultura y la distribución justa de los recursos hacia todos los actores involucrados” mencionó.

 

Desde su perspectiva, para esta redistribución de recursos es esencial sacar a los visitantes de los circuitos turísticos clásicos y de las temporadas altas.

 

El 29 de septiembre del año pasado, ONU Turismo lanzó una iniciativa denominada “El turismo abre la mente”. 

 

La propuesta busca reinventar las elecciones de los viajeros, promover destinos menos explorados y apreciar culturas menos conocidas, en un intento de fomentar una globalización sostenible.

 

Cuando la propuesta fue presentada, el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, señaló que la clave para abordar el exceso de turismo radica en la gestión del flujo de personas más que en la prohibición.

 

Bajo este entendido, algunos de los sitios turísticos más solicitados han limitado el número de visitantes diarios que pueden ir. 

 

El gobierno griego limitó las visitas a la Acrópolis de Atenas con un tope de 20 mil visitantes diarios con el fin de preservar este monumento, mientras que Machu Picchu en Perú admitirá únicamente 5,600 visitas diarias a partir del primero de junio de este año.



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Escribe de turismo para Periódico Viaje y El Financiero, parte del programa Imágenes del Turismo de Imagen Radio. Amante de los viajes.

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