La Ruta Sagrada Wixárika, una expresión viva de la cultura de Zacatecas

 
Gustavo Armenta
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Zacatecas es guardián de la Ruta Sagrada Wixárika, pueblo originario que se mantiene como expresión viva de la cultura de este estado, el cual también tiene un legado histórico y arquitectónico en México.



No obstante, dentro de su riqueza cultural, la Ruta Wixárika destaca por estar inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, de la cual Zacatecas forma parte a través del Cerro de la Bufa, conocido ceremonialmente como Tatei Nihuetúcame, que significa: “Nuestra madre que nos sostiene en sus brazos”.

Este pueblo originario se ha preservado y se mantiene abierto a que los viajeros lo conozcan y experimenten su cultura a través de sus expresiones artísticas y cotidianas.

Entre las artesanías más simbólicas que elaboran se encuentran piezas hechas con chaquira y estambre que representan deidades, elementos de la naturaleza y visiones espirituales, las cuales se pueden encontrar en mercados, talleres y espacios culturales y turísticos de la entidad. Además, continuamente hay exposiciones en diversos museos, como el Museo Zacatecano, que presentan el arte wixárika como patrimonio vivo.

Pero no sólo eso, también es posible presenciar y vivir la experiencia de una boda wixárika, ceremonia ancestral y ritual espiritual conectado con la visión de este pueblo.

Oficiadas por un sacerdote llamado “marakame”, estas ceremonias otorgan a los novios la bendición de acuerdo con sus costumbres. Durante el enlace, la pareja viste trajes de manta bordados artesanalmente con símbolos de abundancia y felicidad, como flores y venados; e intercambian anillos elaborados con chaquira, todo en un espacio natural decorado con flores, frutas y ofrendas. La celebración culmina con la música tradicional de grupos wixárikas, creando un ambiente de espiritualidad y comunidad.

En este viaje también es posible recorrer sitios sagrados como el Cerro de la Bufa, trayecto en el que los visitantes van descubriendo expresiones culturales de esta comunidad. Se trata de un turismo con propósito, que invita a admirar y valorar la espiritualidad ancestral, al tiempo que contribuye a la preservación del legado wixárika, patrimonio intangible que ofrece vivencias profundas y memorables.



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