Apenas el mes pasado, Ámsterdam lanzó una campaña anti turistas que busca mantener a los viajeros irresponsables fuera de la ciudad.
Esta campaña se sumó a las de otras ciudades europeas como Venecia que ya no quieren tener en sus destinos a personas que aporten poco económicamente y den mala imagen.
Aunque no es la primera vez que se abre conversación respecto a la necesidad de alentar el turismo responsable, la campaña sí puso en perspectiva la forma en que se está viajando.
Rocío Vázquez Landeta, certificada en Turismo Sustentable por el Global Sustainable Tourism Council, dijo al respecto que cualquier intervención de viajeros en un país inevitablemente tiene un costo.
“Tener un turista en un país cuesta mucho, desde seguridad, agua, alumbrado y demás servicios públicos. Existen estudios que incluso dicen que a veces es más redituable no tenerlo” dijo.
Aunque se ha centrado la conversación en aminorar el impacto ecológico de los turistas, el turismo sustentable se trata también del respeto a las personas y la cultura de los lugares que se visitan.
En entrevista, la especialista mencionó que el problema es más complejo que únicamente aleccionar a los visitantes, la elección de tour operadores también forma parte fundamental de la solución.
“Avanzar hacia un turismo más responsable requiere del respeto a la cultura y la distribución justa de los recursos hacia todos los actores involucrados” mencionó.
Desde su perspectiva, para esta redistribución de recursos es esencial sacar a los visitantes de los circuitos turísticos clásicos y de las temporadas altas.
Vázquez Landeta advierte que los prestadores de servicios fuera de los lugares más concurridos deberán pasar por un periodo de capacitación y los turistas por un periodo de adaptación.
“Hay que educar al viajero para que entienda que en nuevos circuitos turísticos habrá errores y hay que capacitar a los prestadores de servicios para dar un servicio de calidad sin perder autenticidad”.