El Senado de Estados Unidos aprobó el viernes un paquete de apoyo a la industria turística de ese país por 50 mil millones de dólares, la mitad de los cuáles serán para el sector de la aviación.
Rubén Olmos, cabildero para varios destinos mexicanos desde su oficina de Global Nexus en Washington DC, asegura que fueron los capitanes de la industria quienes negociaron estos recursos con los legisladores.
En ocasiones previas Roger Dow, presidente de la US Travel Association, fue el conducto con el Congreso; pero ahora los dueños y directores generales de cadenas de hoteles, globalizadoras, agencias de viajes por internet, aerolíneas y demás jugadores relevantes levantaron los teléfonos.
Hay un estudio de Oxford Economics, The Economic Impact of the Coronavirus Due To Travel Losses, que habla de pérdidas seis veces mayores al impacto del 11 de septiembre de 2001.
Se estima que los viajes se reducirán 30% a Estados Unidos y los ingresos bajarán 50%; cifras escalofriantes que explican una reacción de este tamaño del país más rico del mundo.
Mientras en México, según analiza Olmos, el gobierno federal sólo se mueve bajo las órdenes del presidente López Obrador.
Quien, como sabemos, hasta ahora sólo ve la necesidad de salvar a las taquerías.
Pero además el Congreso, dominado por Morena, también está alineado a las órdenes del presidente.
Es por ello que los líderes de los organismos empresariales y de las compañías; se están acercando a los gobernadores para buscar alianzas que al menos planteen alternativas limitadas que serán mejores que quedarse cruzados de brazos.
En Estados Unidos, y en todo el mundo, hay una gran discusión en proceso sobre el momento de regresar a trabajar, dadas las consecuencias brutales que tendrá esta crisis en la economía.
Una situación que está fuera de contexto en este momento en México, cuando se aproxima el temido momento de la tercera etapa de la pandemia; que explica el tono enfático de Hugo López-Gatell el sábado en la noche exigiendo a todos quedarse en sus casas.
Si se cumple el escenario menos malo, y no se pierde el control, la actividad económica comenzará a reactivarse en Estados Unidos en junio y México trae atrasado dos meses de desfase.
En ese escenario de aquí a agosto los destinos y empresas turísticas nacionales deberán planear cómo volver al negocio, sin que ni remotamente pudiera haber recursos federales.
Divisadero
Mano invisible. Ni Enrique de la Madrid, ex secretario de Turismo convertido en académico y analista de la realidad económica, acertó completamente para explicar el peculiar comportamiento del presidente López Obrador frente a la crisis del Covid-19.
De la Madrid advierte la paradoja de un mandatario que en épocas de normalidad cree en el intervencionismo de Estado y en épocas de crisis económica, es un ultra liberal que considera que la “mano invisible” del mercado resolverá los problemas. En realidad en su concepción sigue defendiendo sus proyectos financiados con dinero público; ataca grandes inversiones y abandona a los empleadores, lo que principalmente habla de un desconocimiento total sobre cómo funciona la economía.
