Alientan que estadounidenses viajen por su país

 
Carlos Velázquez
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El sentido común, las encuestas y los lastimados bolsillos apuntan a que será el turismo interno el primero que se recobrará cuando la pandemia lo permita; pero en Estados Unidos van un paso adelante.



Mientras en México los apoyos federales al sector turismo, el más golpeado por el Covid-19, brillan por su ausencia; en el vecino del norte y nuestro principal mercado emisor se está cocinando una idea que no es una buena noticia para nuestro país.

Se trata del Programa “Rebaja de impuestos e incentivos”, que formalizó la senadora de Arizona Martha McSally para impulsar fiscalmente que los estadounidenses viajen dentro de su país.

El concepto ya lo compró Donald Trump, presidente de la Unión Americana, quien se reunió recientemente con algunos capitanes de la industria turística y, claro, no pudo estar más de acuerdo en que así como ofreció “hacer grande a América otra vez”, pues también hay muchas millas por recorres e innumerables destinos por visitar.

Así es que McSally está proponiendo créditos fiscales por cuatro mil dólares por adulto y ocho mil por pareja, con 500 dólares adicionales para cada niño, aplicables a viajes en Estados Unidos todo este año y el que viene.

Si prospera la iniciativa, estos créditos fiscales podrán ser aplicados para gastos en transportes, hospedaje, comida, bebida y entretenimiento, es decir todos los componentes de un viaje salvo las compras.

¿La única condición? Que los gastos se hagan después de recorrer 50 millas, es decir unos 80 kilómetros desde el lugar de residencia primaria y dentro de ese país y sus territorios.

Además en la iniciativa se incluyen 50 millones de dólares para promoción de los destinos estadounidenses y ya desde ahora se están utilizando argumentos como la riqueza de los atractivos, la cercanía y la seguridad.

Algunas de las principales razones por las que se registraron el año pasado 12.8 millones de turistas estadounidenses en México, son la cercanía geográfica, el clima, las playas y el precio.

Con un dólar que ya ha llegado este año hasta 25 pesos, el poder adquisitivo de los estadounidenses se hace más alto; pero ahora este factor, si se aprueba la iniciativa, tendrá que competir con ese beneficio fiscal de los cuatro mil dólares por persona.

Los grandes diferenciadores de los destinos mexicanos son la cultura, la biodiversidad, la calidez del servicio y todo ello seguirá favoreciendo los viajes de los estadounidenses aunque otro reto para la industria mexicana es la falta de recursos de promoción para hacerlo.

Divisadero

Nizuc. Jaime Jaramillo, director de este hotel de súper lujo en Cancún, reporta 6% de ocupación en junio, aunque podría llegar a 30% en junio y ya hay reservaciones para diciembre.

También un gran deseo de los viajeros de gastar en tours privados, cenas románticas en la playa y tratamientos costosos en el SPA.

El turista del segmento de lujo, el que no se preocupa por los precios, está mostrando en los hechos esa necesidad contenida de divertirse que tenemos todos por la pandemia.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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