México y los cruceros en tiempos de la 4T

 
Carlos Velázquez
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Después de dos años en que las navieras de cruceros estuvieron cerca de recibir la extrema unción entre el Covid-19 y las medidas extremas de seguridad aplicadas por las autoridades sanitarias de Estados Unidos; ahora no sólo están navegando sino que ya están de regreso sus eventos insignia.



Como el Sea Trade Cruise Global, que se llevará a cabo a finales de abril en Miami, y la Conferencia Anual de la Asociación de Cruceros de Florida y el Caribe (FCCA), que se realizará en junio en San Juan de Puerto Rico.

En ambos encuentros uno de los ausentes será el gobierno de México, que no tiene recursos para participar como patrocinador tras la liquidación del Consejo de Promoción Turística.

Se estima que irán de forma individual algunos estados como Chiapas, en busca de cruceros para Puerto Chiapas, Sinaloa y Yucatán.

En el pasado la posición del gobierno mexicano era muy diferente, por ejemplo una vez el presidente Felipe Calderón viajó a Quintana Roo, para impulsar que se llevara a cabo en territorio mexicano una de la reuniones anuales de la FCCA.

Los directivos de las navieras son negociadores rudos, como se sabe siempre han rechazado la posibilidad de que los cruceristas paguen impuestos por desembarcar en los destinos mexicanos.

Además le piden a los gobiernos patrocinios costosos, simplemente a cambio de la posibilidad de que presenten sus productos con los tomadores de decisiones.

Ahora en la relación con México se cumplirá cuatro años de “vacas flacas” y otros competidores, sobre todo del Caribe, irán con todo a los eventos para tratar de llevarse una mayor rebanada del pastel.

Es un hecho que los cruceros seguirán llegando en gran medida a Cozumel, porque está en una de sus rutas más rentables del Caribe y porque allí tienen la infraestructura necesaria para diversos propósitos.

Sin embargo, otros tendrán menos argumentos comerciales para pelear por las rutas marinas más si carecen de recursos, ya no digamos para promocionar un destino, sino al menos para pagar el boleto de avión, el costo del hotel y la inscripción para asistir a estos eventos.

Los resultados los veremos el próximo año y la lógica dice que México comenzará a perder participación de mercado, debido a esta situación.

También es posible que la situación geográfica de México, su clima y su manejo liberal del Covid, al no imponer restricciones, sean argumentos suficientes para defender las rutas y las frecuencias.

El próximo año sabremos hasta qué punto estuvieron bien invertidos aquellos recursos del pasado y hasta dónde la falta de visión turística que prevalece en estos tiempos por parte de las autoridades federales, le provocarán menos ingresos a estos destinos.

Divisadero

Mister amigou. Ken Salazar, el embajador de Estados Unidos en México, se ha ido construyendo una imagen de aliado de nuestro país, aunque resulta claro cuáles son los principales intereses a los que responde.

Después de un viaje por Quintana Roo, en donde tuvo encuentro con autoridades y empresarios turísticos, ahora ha mostrado interés por potenciar el negocio de los viajes entre ambos países.

Así es que está impulsando una alianza entre la Cámara Americana de Comercio (American Chamber) y el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET).

Vamos a ver si esto va más allá de los elogios mutuos, los cariños y los apapachos.



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Periodista apasionado de los viajes y de entender y comunicar cómo funciona la industria del turismo.

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