TOKIO.â Incluso en esta ciudad, una de las más avanzadas del mundo, la irrupción de Airbnb es un âplatilloâ que los japoneses no saben de qué manera se come, por lo que incluso está poniendo en jaque las reglas de la Hotelería que han existido desde hace 70 años.
En un reportaje de primera plana, The Japan Times publicó el viernes pasado que mientras los establecimientos de hospedaje formales tienen que cumplir con reglas estrictas sobre el color de las recepciones, sus dimensiones y hasta la calidad de las sábanas; el sitio por internet de la âeconomÃa compartidaâ está pasando como un avión sobre su cabezas.
Tanto asà que, en un ambiente de presión por parte de los hoteleros, el gobierno del primer ministro, **Shinzo Abe**, está redactando una ley para las minpaku, como se llama en japonés a las casas y departamentos compartidos.
La regla clave es que sólo podrán entrar en el futuro en ese esquema los inmuebles que sean rentados por al menos una semana, lo que reducirÃa muchÃsimo este mercado, ya que la mayorÃa de los viajeros sólo se quedan tres o cuatros dÃas en un destino como Tokio.
Hoy Japón vive un boom en el turismo, pues en 2012 apenas recibÃa 8.4 millones de turistas internacionales al año y en la actualidad esa cifra se ha disparado hasta 19.7 millones en 2015.
Sin embargo, existe preocupación porque ya se han contabilizado 26 mil propiedades que están en la plataforma de Airbnb y que pueden representar una competencia capaz de desalentar las inversiones hoteleras previstas en función del Mundial de Rugby de 2019 y de los Juegos OlÃmpicos de 2020.
Pero los hoteleros no son los únicos que se están quejando, pues en esta ciudad donde el orden y la pulcritud son tan importantes, resulta que en los condominios residenciales están apareciendo algunos personajes desconocidos.
Se trata de los huéspedes de Airbnb que usan los gimnasios y las albercas comunes de los departamentos a donde llegan, lo que exaspera a algunos japoneses.
Y lo más divertido es que incluso los expertos ya están viendo que la nueva legislación será ineficaz, pues será posible darle la vuelta declarando que están alojando a sus huéspedes por una semana, aunque en realidad se queden menos tiempo.
**DIVISADERO**
Negocios peculiares. Y si de negocios extraños se trata, los japoneses fácilmente podrÃan ganar un concurso.
Un ejemplo son las tiendas de bolsas. Como se sabe, las mujeres de este paÃs aman las de marcas costosas, pero tienen un pequeño problema: les falta espacio.
Con departamentos para cuatro personas que frecuentemente no superan ochenta metros cuadrados, necesitan revender sus bolsas usadas si es que desean reemplazarlas por los nuevos modelos.
Asà es que en los centros comerciales hay tiendas establecidas, que comercializan bolsas auténticas, pero âde medio cacheteâ, algo que, por cierto, no rompe ninguna regla.
TodavÃa más notables son los cafés de gatos, a donde van los clientes a acariciar a los felinos, pues tampoco tienen espacio para convivir con una mascota propia.