Campos de concentración, accidentes nucleares, atentados terroristas, sitios de narcotráfico y un día de inmigrante, son algunos ejemplos de experiencias para los de mente más abierta.
Sitios donde ocurrieron desastres naturales, tragedias, muertes y sucesos que marcaron la historia de algunos países y ciudades, es la nueva tendencia de viaje.
El turismo negro es una práctica que ha venido creciendo en los últimos años en muchos países del mundo, sin que México sea la excepción.
Explosión nuclear
El 26 de abril de 1986 ocurrió uno de los mayores desastres medioambientales de la historia, ahora se encuentra abierto al público. Y es que en Chernobyl, Ucrania, es posible hacer un recorrido por la planta nuclear y áreas que ya no están contaminadas.
Al ingresar, lo primero que se observa es el monumento a los bomberos. El segundo punto de la visita es hacia los restos de un pequeña villa. Después se recorre la estación de radar y a dos kilómetros se encuentra la planta Reactor 4 que dio origen al accidente. Saber que en ese punto fue la explosión hace que los visitantes sientan un poco de escalofríos.
El camino lleva hasta el monumento a las personas que murieron por la explosión. Allí se encuentran algunos sarcófagos.
Por los campos de concentración
Aunque no se trate de un lugar divertido, visitar el campo de concentración de Auschwitz- Birkenau en Polonia, es una experiencia única y estremecedora.
Construido en 1940 para albergar a los prisioneros políticos polacos que ya no cabían en las cárceles, Auschwitz fue uno de los campos de concentración para judíos más grande establecido durante el régimen nazi. A su entrada todavía es posible observar la inscripción Arbeit macht frei (el trabajo hace libre).
Durante el recorrido es posible observar diversos bloques y ver las condiciones en que vivían los prisioneros, en uno de ellos hay una pequeña colección de objetos que fueron robados a los prisioneros antes de asesinarlos, tales como maletas, joyería, zapatos, ropa y utensilios, entre otros.
En el sitio aún se encuentran algunas habitaciones originales como los baños, restos de los hornos crematorios y las cámaras de gas que los nazis trataron de destruir antes de su huida.
Zona Cero
Se le llama Ground Zero o la Zona Cero, al espacio que ocupaban las Torres Gemelas de Nueva York, las cuales fueron derribadas en el atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001. Ahora, en las bases donde se encontraban las torres se localiza 911 Memorial, abierto al público en el décimo aniversario de los atentados.
La plaza incluye dos fuentes rodeadas de cascadas ubicadas en el lugar exacto de las plantas de las torres desaparecidas. Asimismo, los nombres de las casi tres mil personas fallecidas están grabadas alrededor de las fuentes.
Junto al parque se ubica el nuevo desarrollo de la torre One World Tower Center o Freedom of Tower (Torre de la libertad).
Aunque la entrada es gratuita, para acceder a la Zona Cero es necesario solicitar una acreditación con un cupo de mil 500 personas. Aún se puede ver algunos restos de las Torres Gemelas. Además, está el FDNY Memorial Wall o Monumento dedicado a los 343 bomberos fallecidos durante el incidente.
Inmigrante por un día
La experiencia de convertirse por unas horas en un inmigrante ilegal perseguido por la patrulla fronteriza de Estados Unidos, ahora es una opción para cualquier turista.
En Hidalgo, bajo la voz de “Bienvenidos a Tucson, Arizona” y la advertencia a los aventureros de que pasarán hambre y sed, comienza la persecución.
El trayecto se hace de noche, sin luz y algunas veces con frío, en un escenario que hace sentir a los turistas perseguidos por la migra.
Entre las actividades, hay que esconderse, arrastrarse y hasta correr por el campo para no dejarse atrapar por la patrulla, pasando las contratiempos que viven miles de migrantes cada año para entrar ilegalmente a Estados Unidos. Los guías turísticos hacen las veces de polleros quienes dirigen al grupo.
Tras las huellas de Pablo Escobar
En Medellín se ha organizado un paseo turístico al estilo gánster, tras las huellas del mayor narcotraficante de la historia de Colombia, Pablo Escobar.
Una camioneta recoge a sus pasajeros para llevarlos a una ruta guiada en la que se relata la historia de ese personaje, fundador del Cartel de Medellín.
Inicia en el barrio de Los Olivos, ahí se localiza la casa donde lo encontró la Fuerza Pública y en donde se dice que Pablo se pegó un tiro.
El trayecto continúa hacia la ruina del Edificio Dallas, mejor conocido como el Centro de Negocios, desde donde el narcotraficante inició su negocio de la droga. Dentro se encuentra la inscripción “Pablo Vive” en una de las paredes del edificio abandonado desde 1993.
El camino sigue hasta el cementerio Montesacro, el cual resguarda su lápida, está enterrado junto a sus padres, un hermano, una tía y su guardaespaldas. Allí una inscripción dice: “Prefiero una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos”.