Muestran “visión turística” con algunos tropiezos

 
Alonso Gordoa
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En el marco de las actividades del X Foro Nacional de Turismo que se desarrolla a partir de este miércoles en la Riviera Maya, se presentó la visión turística de los tres candidatos punteros a la Presidencia de la República, quienes por separado, tuvieron algunos tropiezos sobre las funciones del Consejo de Promoción Turística de México.



**Andrés Manuel López Obrador**, el candidato de las izquierdas, confundió a esta institución que recibe un presupuesto de mil 800 millones de pesos al año, con un consejo ciudadano; mientras que el priísta **Enrique Peña Nieto** pensó que se trataba de una organización empresarial.

Durante su presentación, en candidato de la coalición Compromiso por México, destacó que el turismo tiene rezagos competitivos y que es necesario mejorar la imagen de inseguridad que afecta al país, ampliar la infraestructura, crear un fondo especializado dentro de la banca de desarrollo para financiar al sector, impulsar la creación de nuevos Centros Integralmente Planeados y promover un modelo de crecimiento que preserve el medio ambiente.

Todo iba bien pero entonces le preguntaron sobre la autonomía del CPTM y el candidato dijo: “Hay que dar apoyo a quienes tienen esa responsabilidad y por ello me he reunido con sus integrantes”.

Algo que nunca pasó pues en realidad hacía referencia a la reunión que si tuvo con el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET).

Por su parte, **Josefina Vázquez Mota**, quien entró al foro después de Peña Nieto, se comprometió a impulsar una reforma laboral acorde a las necesidades del turismo, intentar un proyecto piloto para impulsar la preinternación hacia Estados Unidos, cambiar el régimen fiscal de la banca desarrollo para que pueda financiar a las pymes turísticas y revisar las cargas fiscales de los boletos de avión.

Además planteó convertir a México en una potencia en turismo médico y como segunda residencia.

Al final la transición, cerró, me recuerda a un maestro que nos hablaba de una equivocada transición en una empresa familiar.

“Siempre hay un hijo a, un hijo b o un hijo c, pero si se opta por el “hijo de…”, entonces sí se arruina la situación”. Los asistentes celebraron su ocurrencia y le aplaudieron.



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