La pandemia por Covid-19 puso al mundo a repensar y aplicar de manera inmediata medidas de bioseguridad, a lo que se sumó la hotelería, y provocó una especie de revolución sanitaria.
Aunque los protocolos llegaron con la prisa de la expansión de la pandemia, es cierto también que permanecerán no sólo para proteger a los huéspedes y trabajadores, sino como medida obligada para la industria hospitalaria.
Así lo demuestran los protocolos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), quienes desde el inicio de la pandemia actualizan las medidas sanitarias establecidas específicamente para hoteles, resorts y lodges.
Las normativas sugeridas por los CDC son similares a las que la Organización Mundial de la Salud publicó. Ambas instituciones, aunque inicialmente presentaron los protocolos como provisionales, hasta el momento sugieren mantenerlos como medidas estándar en la operación de los hoteles.
La limpieza constante de superficies de alto contacto es uno de los protocolos más expandidos. Aunque la sanitización de superficies ya era una norma, permanecerá de manera más constante y cuidada.
Otra de las prácticas que surgió tras la pandemia por influenza, pero que se hará más evidente tras el coronavirus será la disponibilidad de dispensadores de gel sanitizante en áreas comunes. Si bien era una práctica usual, tanto el número como la localización de gel desinfectante permeará en la hotelería.
El lavado de blancos deberá hacerse con agua a temperaturas adecuadas. Con productos desinfectantes aprobados por organizaciones de salud internacionales y con mayor frecuencia.
La monitorización de la salud tanto de huéspedes como empleados será una constante. Al tiempo de los chequeos constantes, los hoteles estarán obligados a tener habitaciones donde se pueda aislar a huéspedes enfermos.