Durante y después del Covid, lo más evidente en los cambios del turismo fue el endurecimiento de protocolos sanitarios y procesos de limpieza, así fue como se reformó la hotelería.
Para los hoteles, la respuesta a la pandemia también incluyó cambios en el servicio al cliente, en la infraestructura e incluso en los planes de hospedaje.
Es cierto que lo más sonado y difundido como medida para prevenir la propagación del coronavirus fueron las medidas personales de cuidado y las medidas generales de limpieza en espacios concurridos. Se incluyen en estos protocolos limpiezas más profundas, con mayor frecuencia y el monitoreo constante de la salud de huéspedes y trabajadores de hoteles según lineamientos de la Organización Mundial de la Salud.
Otra cara de las reformas en la industria hotelera son los programas de estancias largas. Con gran parte del mundo haciendo home office, los hoteles desarrollaron paquetes que permiten a los huéspedes cumplir con sus deberes profesionales.
Aunque el término workcation ya existía antes de la pandemia se reafirmó durante la contingencia. La tendencia cobró fuerza con grandes marcas hoteleras como The Ritz Carlton, Four Seasons o Intercontinental ofreciendo tarifas especiales para estancias largas.
La infraestructura de los hoteles, si bien no cambió a nivel arquitectónico sí requirió de transformaciones. Desde la automatización de puertas hasta la implementación de controles de temperatura.
La hotelería ha tenido que modificar el funcionamiento de sus instalaciones con el objetivo de reducir el contacto con superficies.
Antes del Covid-19 entre el 60% y el 70% de los precios eran no reembolsables, ahora cerca de 80% de los planes son reembolsables y con flexibilidad.
Fuente: Expedia
