Camino Real Sumiya se renueva

 
Alonso Gordoa
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Con una inversión de más de 70 millones de pesos Grupo Real Turismo concluyó el proceso de remodelación de las instalaciones del Camino Real Sumiya, una de sus propiedades ubicada en Jiutepec, Morelos, informó el director general del hotel, Guillermo Gros.

En entrevista el directivo señaló que dicha remoción se destinó a las habitaciones de la hostería y consistió en el cambio de mobiliario, pisos, textiles, baños y electrónicos. La transformación se llevó a cabo de junio a diciembre de 2017 y se realizó en tres etapas, una por cada uno de los edificios que conforman ese complejo turístico.



Indicó que a la par de atraer al turismo de grupos, con la renovación esperan aprovechar a los clientes que asisten a eventos los fines de semana en Cuernavaca, ya que el turismo de bodas representa el principal segmento en Morelos.

“Conservamos por completo la estructura arquitectónica que caracteriza al Camino Real Sumiya, donde prevalecen elementos de la cultura japonesa que tienen casi 60 años desde su construcción y los cuales fueron traídos desde el país oriental”, comentó Gros.

Esa residencia perteneció a Bárbara Hutton Woolworth, heredera única de la fortuna Woolworth y apodada por los medios como “la pobre niña rica”, ya que gastó toda su fortuna en diversas propiedades como esta y en sus múltiples esposos.

De acuerdo con el director general, Bárbara tenía un gusto particular por la cultura oriental y ordenó los materiales y piezas originales desde Japón para levantar un palacio en el lugar, que según su petición, hubiese el mejor clima del mundo.

Cuando la señora Hutton fallece la propiedad, que tuvo algunos propietarios después de ella, queda en administración de Camino Real, compañía que hasta la fecha lo dirige.

El recinto cuenta con 163 habitaciones, todas con una renovada apariencia; 125 de lujo, 32 Camino Real club, cuatro juniores suite y do master suite.

Entre los espacios originales aún conserva el Teatro Kabuki, réplica que la socialité mandó a construir del teatro de la antigua ciudad de Kyoto, además de un baño Ofuro, un Jardín Zen y pinturas originales.

El teatro está construido de caoba y cuenta con tatamis originales, que son tapetes hechos de cascarilla de arroz y cosidos a mano. Las imágenes que se encuentran en las puertas laterales fueron pintadas a mano también sobre laminillas de oro y en ellas están plasmados los tigres de bengala, que en la cultura oriental son sagrados, pues se cree que vigilan el lugar donde se encuentran.



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