El Gobierno de Holanda insistió a KLM reducir sus costos en 30% como parte del acuerdo de cuando le otorgó un préstamo durante la pandemia.
Sin embargo, los directivos de la aerolínea argumentaron que ha cumplido con lo acordado, pero si aplica esas reducciones incumplirá la ley.
Entre las condiciones del gobierno estaba un recorte de 15% de los costos contables, como muestra del esfuerzo de la aerolínea y el reconocimiento de la contribución de la población.
La aerolínea aplicó un recorte de 20% al salario de sus trabajadores, entre otras reducciones en diversas aéreas.
Las dificultades para alcanzar esa reducción de 30% van más allá de la aerolínea, es el caso del nuevo convenio colectivo que negocia con los pilotos, lo que no se ha podido concretar por un conflicto entre la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el gobierno holandés, ya que la OIT defendió que las autoridades de aquel país “no pueden imponer condiciones a la libre negociación de las partes”. Ante ese argumento el convenio con los pilotos se mantiene en discusión.
Otra condición para KLM fue en materia ambiental, la cual, dice el gobierno, que no se han cumplido en su totalidad.
El problema para la aerolínea es con un grupo pequeño de trabajadores que no tienen como base Holanda, por lo que deben usar los aviones de la compañía para ir a su oficina cuando son requeridos.
Esos trabajadores de KLM son el 2.9%, y dicen que no cumplen con las exigencias del Gobierno de Holanda; sin embargo, esas condiciones fueron negociadas en su momento con los sindicatos.
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